Alejandro Armenta es una marca sin duda. A donde quiera que va, no pasa desapercibido para la prensa, ni para miles de ciudadanos que viven en Puebla que muy en el fondo de su corazoncito, tienen la esperanza de que un día sea su gobernador.
“Algún día, Dios me dará la oportunidad de ser gobernador de Puebla”, me dijo Armenta en una entrevista en noviembre de 2018 durante una gira con su estructura en Acatzingo.
En ese entonces, buscaba por primera vez competir por la gubernatura de Puebla por Morena. En 2019, peleó a muerte la postulación e incluso llevó a tribunales federales una impugnación contra la designación del hoy mandatario local, Miguel Barbosa.
Hoy, desde su posición como senador de la República, busca nuevamente que en Morena lo volteen a ver, que lo hagan suyo y lo respalden para cumplir este sueño.
Lejos de los pleitos que ha protagonizado con quien él, hoy, llama “el primer líder político de Morena en Puebla” –Miguel Barbosa– pues recordemos que incluso fue acusado de planear con otros seguidores de “envenenar” al actual gobernador, participó –sin ser discriminado- en la marcha convocada por el titular del Poder Ejecutivo este 4 de diciembre.
“El gobernador es el líder político más importante de Puebla como lo es el presidente a nivel nacional. Hizo una convocatoria y aquí estamos con él. Yo he manifestado mi respaldo al gobernador. Estoy con el gobernador Luis Miguel Barbosa”
dijo en una entrevista con reporteros tras arribar en El Gallito, que fue el punto de la cita para la marcha.
Con humildad sí, así se le vio a Armenta, pues en todo momento evitó ser protagonista o robar cámaras, porque vaya que sabe hacerlo. Estuvo a lado de la “nueva clase política” local en el templete que se ubicó a un costado de la Catedral.
Se sabe que ha cambiado de estrategia frente a Barbosa porque aunque la candidatura por la gubernatura de Puebla se definirá (se supone) a través de una encuesta o en todo caso, por el dedito del presidente Andrés Manuel López Obrador, sabe que si hace equipo con el gobernador, gana más que retarlo.
La esperanza de Armenta es que realmente se aplique una encuesta porque sabe que la gana, pues está por encima de su primo Ignacio Mier, coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados y de las ‘corcholatas’ barbosistas en conocimiento. Lleva años trabajando ese terreno.
Sin embargo, también tiene claro que eso no es suficiente para obtener la candidatura, así es que ha decidido no pelear más –al menos por ahora- con Barbosa, y tampoco seguir a su líder político, Ricardo Monreal si se va del partido. Tampoco irse a Movimiento Ciudadano como se ha especulado.
Armenta ha decidido quedarse hasta el final y que pase lo que tenga que pasar. Su posición como presidente de la mesa directiva del Senado lo ha acercado más al presidente López Obrador, así es que, de aquí al proceso electoral del 2024, todo puede pasar.
Mientras, formó parte de la marcha de 100 mil, los 100 mil ciudadanos que respondieron a la convocatoria de Barbosa para demostrar que desde Puebla, López Obrador y la llamada Cuarta Transformación, tienen gran respaldo.
