Miguel Barbosa Huerta presentía que no terminaría su gobierno con vida. Sí se llegó a imaginar ese escenario y por eso se apuró a meter a la cárcel a los que, como él decía, se sintieron con el derecho de robar a Puebla. A los “corruptos”, tanto funcionarios como exservidores públicos.
Como temía, no le dio tiempo de mandar tras las rejas a todos. Ahí está uno de los casos más documentados por MTPNoticias, con una orden de aprehensión en contra: Alfonso Esparza, exrector de la BUAP.
Como él, muchos otros que en su momento huyeron de Puebla debido a las carpetas de investigación que se abrieron en su contra, han respirado, y según fuentes extraoficiales, ya planean regresar a la entidad, a vivir de la impunidad, porque apuestan a que el nuevo gobernador, Sergio Salomón Céspedes, no será tan duro como lo fue Barbosa.
En una entrevista que el exgobernador concedió a esta reportera en enero de 2021, hablamos sobre la muerte, el epitafio que quería en su tumba; sobre la brujería en Casa Puebla, sus hijos, su matrimonio…
Pude conocer a Miguel Barbosa, no el gobernador, sino el ser humano.
Hoy que ya no está, que ha muerto debido a complicaciones sobre su salud, vale la pena retomar parte de esa emblemática charla.
—¿Qué sueña cuando duerme? —le pregunté.
—Sueño muchas cosas. (…) Sueño mucho con mi papá.
—¿Cómo lo sueña?
—De muchas formas fíjate. Lo he soñado joven, lo he soñado viejo. Lo he soñado en la condición que tenía cuando murió. Sueño mucho con personajes (…)
—¿Cómo quiere que lo recuerden?
—Que me respeten. Y estoy haciendo todo para eso. En una sociedad que a veces no comprende, que exige mucho. Es su derecho, pero en medio también de la maledicencia, de los mal intencionados de siempre. Son la gente que está detrás siempre de las confabulaciones, las intrigas.
(…)
— ¿Le tiene miedo a la muerte?
— No, fíjate que no. Aunque debiera yo tenerle más miedo a la muerte. No. Yo tengo un estado de madurez en el que estoy consciente que la muerte es parte de una ruta de la vida, y claro que no quiero morir, pero de ahí, a vivir angustiado por la muerte, no. De niño sí le tuve miedo a la muerte, como todos los niños. Cuando me acerqué con mi mamá y le dije que tenía miedo a la muerte, me dijo: ‘no le tengas miedo a la muerte, solo cumple con tu deber’, y es lo que hago.
—¿Qué diría su epitafio?
—(Risas). Lo tengo escrito: “Nunca se supo rajar”. (Risas).
Aquí la entrevista:
Fue una entrevista corta, con preguntas y respuestas directas. Muy amena, como era platicar con el gobernador. Un hombre que no nació en el círculo rojo, que venía de la cultura del esfuerzo, que se fue abriendo paso hasta llegar a ser líder del Senado de la República, y después gobernador de Puebla.
Podríamos decir mucho más sobre él, de estar o no de acuerdo con su estilo de gobernar, pero hoy simplemente, en lo personal, que descanse en paz.
Fue lo que quiso ser. Siempre fiel y apegado a su familia, y hasta en su muerte siguió ganando, pues lo llegó a sustituir uno de los suyos, su amigo Sergio Salomón Céspedes...’Desde su féretro, el gobernador Barbosa ganó su última batalla’, como bien escribió el periodista Mario Alberto Mejía.
