Era cuestión de tiempo para que Alejandro Armenta Mier también traicionara a Ricardo Monreal, quien se ha convertido en un apestado para él.
Si hay un político que no actúa por sí solo es Gerardo Islas. A más de uno sorprendió la semana pasada cuando difundió en sus redes sociales un video en el que acusó al senador poblano, Alejandro Armenta Mier de haberse creído “dueño” del partido Fuerza por México, y de haber interferido en él durante las elecciones del 2021.
Sobre todo lo acusó de haber incitado a un grupo de militantes encabezados por Laura Artemisa García, entonces secretaria general de FXM en Puebla, para que traicionara al partido, presentando el desistimiento de 15 planillas de candidatos a presidencias municipales el 3 de mayo del año pasado ante el Instituto Electoral del Estado (IEE), actuar que contribuyó en que no consiguieran el registro como partido local.
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En pocas palabras, Islas le atribuye a Armenta la derrota del hecho de que Fuerza por México no haya conseguido su registro como partido político en la entidad.
Lo llamó metiche y traidor.
En algo tiene razón Gerry: Armenta es un traidor.
Así se lo ha demostrado a cada jefe político que ha tenido, a todo aquel que ha contribuido en su carrera política.
En su momento, aún siendo priista, se le olvidó que Mario Marín –el góber precioso caído en desgracia, preso en un penal en Cancún, Quinta Roo por el caso Lydia Ccaho– lo hizo funcionario de primer nivel y después líder estatal del PRI.
Lo mismo pasó con Miguel Ángel Osorio Chong. Buscó estar cerca de él cuando fue el poderoso secretario de Gobernación en el sexenio de Enrique Peña Nieto, pero después, también se le olvidó la lealtad.
Igual con Dulce Silva y César Yáñez, a quienes ya ni les responde los mensajes ni les paga lo que les debe, después de convertirlo en senador de la República, pues fueron ellos quienes abogaron por él para que lo dejaran entrar a Morena y le dieran una candidatura, después de haberse avergonzado de sus raíces priistas.
Fueron precisamente los Yáñez-Silva quienes “encargaron” a Armenta con Ricardo Monreal, y siendo éste el coordinador de los senadores, lo tomó en cuenta y lo impulsó para convertirse en presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público. Así, Armenta no se quedó como un legislador más, sino comenzó a figurar a nivel nacional.
Sin embargo, en estos momentos, Ricardo Monreal ya se convirtió en un “apestado” para él, al ver que no le alcanza para convertirse en el candidato de la 4T a la presidencia de la República en la elección del 2024.
A Armenta Mier siempre le ha ganado su ambición. Basta con revisar su historial político para darse cuenta que juega con Dios y con el diablo, y siempre termina quedando mal en ambos lados.
Monreal ya se dio cuenta de qué calaña es. Ya supo que, después de empoderarlo en el Senado, Armenta Mier ya se va por la libre, ya no lo consulta algunas tomas de decisiones y menos está dentro de su proyecto político en convertirse en presidenciable.
Por eso el mensaje de Gerardo Islas. El contenido de ese video fue revisado antes por Monreal y por Pedro Haces, también senador y líder de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (Catem).
Saquen sus conclusiones.
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