El propio presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció en enero de este 2023 su delicado estado de salud, principalmente del corazón pues ha tenido riesgos de infarto.
Nos enteramos de sus padecimientos gracias al hackeo del grupo Guacamaya a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y él no lo negó, pero sí era información de interés nacional que tenía oculto.
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Ahora que este domingo 23 de abril dio a conocer que nuevamente le dio COVID-19, hay versiones que apuntan que en realidad fue un infarto. Recordemos que a principios de año le hicieron un cateterismo cardíaco precisamente para analizar el corazón más minuciosamente.
Según el Diario de Yucatán, el presiente se desmayó esta mañana cuando se disponía a desayunar en la Base Aérea Militar número 8 de Mérida, a donde acudió a revisar los avances del Tren Maya.
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Según el medio, le dio un infarto cuando se disponía a comer antojitos yucatecos que formaron parte del menú del desayuno.
“Se sintió mal y se desvaneció ante el asombro de funcionarios del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y representantes de las empresas que lo acompañaron en ese momento”, destaca el medio.
De inmediato, los mandos militares que lo acompañaban lo trasladaron al avión Learjet con matrícula 5214 de la Fuerza Armada Mexicana alrededor de las 11:00 de la mañana, que salió de la pista de la base aérea rumbo al aeropuerto de la Ciudad de México donde fue recibido en una ambulancia aérea para ser llevado al Hospital Central Militar para recibir atención especializada.
Los detalles que da el diario como la hora de salida y llegada a la capital del país, hacen pensar que sus datos los obtuvieron directamente de quienes presenciaron el hecho.
Si esto es así, lo mejor es que se le informe al pueblo mexicano. Recuerden lo que pasó en el caso del exgobernador Miguel Barbosa por querer ocultar el infarto que le dio.
Ojalá el presidente esté bien atendido y se recupere pronto. Su salud sí nos debe importar a todos, pues para bien o mal, es el presidente de este país.
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El regreso de Alfonso Siriako al Tribunal de Justicia Administrativa en Puebla
Hasta este domingo, Alfonso Siriako Guillén no había solicitado su reintegración como magistrado del Tribunal de Justicia Administrativa en Puebla, pero se espera que lo haga en cualquier momento.
Sí, aunque el magistrado sigue enfrentando delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de un deber legal, fraude, asociación delictuosa, peculado o tráfico de influencias, tiene a salvo sus derechos de regresar a trabajar.
Una vez que lo haga por escrito, el pleno del TJA debe sesionar para asignarle sala y así se pueda reincorporar, y seguir cumpliendo con las medidas cautelares que le impusieron como no salir del país y acudir a firmar el último lunes de cada mes.
Alfonso Siriako es un personaje cercano al exgobernador Antonio Gali Fayad, pues fue él quien lo propuso como magistrado cuando fue gobernador entre 2017 a 2018.
