Las personas creerían que la iglesia es un lugar seguro, donde nadie se atrevería a robar, pero a este católico, que fue captado por cámaras de seguridad, no le importó el lugar y le robó un celular a una mujer.
La señora se encontraba hincada rezando, mientras que el sujeto aprovecha el momento para sacar de la bolsa el celular.
Se observa que el presunto delincuente lo guarda en lo que parecer ser una bolsa de plástico.
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Tras robar el celular, el señor se levanta como si no hubiera pasado nada y se dirige a tomar agua bendita e incluso se persigna.
En la iglesia tan solo estaba la señora, víctima de la delincuencia, otra mujer que también se encontraba rezando y el delincuente. Nadie se percató de lo ocurrido.
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