“Al principio era muy difícil para nosotros creer en las autoridades, nuestra casa no sufrió ningún daño, pero tenía que ser demolida. Llegamos a las reuniones y por un momento pensé que no me iban a dar mi casa, pero ahora es una realidad”, comentó Javier Sarmiento uno de los damnificados por las explosiones en los ductos de Pemex en la junta auxiliar de San Pablo Xochimehuacán en la ciudad de Puebla.
Tras recibir la casa que el gobierno del estado de Puebla construyó para reubicarlos, este hombre narró a MTPNoticias que pasó 10 meses en la incertidumbre, pues él y su familia se refugiaron en la casa de su suegra en donde ocho personas tuvieron que adaptarse a dormir en un cuarto de 4 por 4 metros.
Reconoció el apoyo del gobierno de Miguel Barbosa, quien incluso -dijo- le dará todas las facilidades para reubicarse en la zona de ‘El Batán’. Además, a sus cuatro hijos menores de edad, los colocarán en una escuela cercana para continuar sus estudios.
Javier contó que antes de la explosión (31 de octubre del 2021) se rumoraba en su comunidad que sus vecinos eran “huachigaseros” pero él no lo creía, hasta que el día del siniestro una toma clandestina cambió sus vidas radicalmente.
“Yo no puedo decir que estaba amenazado, solo me llegaron rumores, cuando yo me di cuenta fue el día de la explosión, yo nunca me di cuenta hasta ese día”, explicó en entrevista.
Javier es el jefe de una de las 50 familias que este lunes 15 de agosto se vieron beneficiadas con una nueva casa, después de que perdieran todo el 31 de octubre a causa de las explosiones en los ductos de Pemex a causa de la ordeña clandestina.
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#Puebla ? | El gobernador, @MBarbosaMX entregó 19 de 22 casas reubicadas en Lomas de San Miguel, tras explosiones por una toma clandestina de gas LP en San Pablo Xochimehuacán en octubre de 2021 que dejó sin viviendas a docenas de familias. pic.twitter.com/mdKcBIkNGb
— MTP Noticias (@MTPNoticias) August 15, 2022
Laura les llora a sus mascotas, pero le regresó la tranquilidad porque dejará de pagar renta
Laura Mastranzo Serrano sigue llorando la pérdida de sus mascotas que quedaron sepultadas entre los escombros de su casa, de la que ella y sus hijos apenas pudieron salir la madrugada del 31 de octubre gracias a que un vecino los alertó del fuerte olor a gas.
“Apenas íbamos llegando al cementerio verdad, cuando se escuchó la primera explosión, nosotros no pensábamos en nada más que estar a salvo. Nunca imaginamos la magnitud de lo que pasó hasta que regresamos al día siguiente y vimos la realidad”, comentó.
Recordó que ese día tomó lo que tenía en la mano y una bolsa, pues solo le importaba salvar la vida de sus hijos y la suya. Al siguiente día al regresar al recuento de los daños, quedó impactada al ver que varias casas -entre ellas la suya- quedaron destruidas en su totalidad.
Durante estos 10 meses Laura y su familia se vieron en la necesidad de rentar un espacio, por lo que los gastos eran cada día imposibles de solventar.
“Aquí hemos vivido toda la vida y nos sentimos en confianza por los vecinos que están con nosotros y pues hemos vivido cerca de todo esto”, dijo Mastranzo Serrano.
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