Nuestra Señora Inmaculada de Juquila, o simplemente la Virgen de Juquila, es una advocación mariana venerada en Santa Catarina Juquila, en la entidad de Oaxaca, la cual año con año congrega a miles de fieles católicos en busca de un milagro.
Sin embargo, pocos saben cómo fue que esta imagen comenzó a tomar popularidad en México, siendo ahora la tercera más venerada, por lo que en MTP Noticias decidimos contarte un poco de lo que sabemos acerca de esta tradición.
Historia y primeros milagros de la Virgen de Juquila
De acuerdo con anécdotas de la gente de mayor edad, Juquila fue una jurisdicción de vasallaje de Tututepec, en 1526. En su momento tenía para sí muy poca población a su al rededor, así como pueblos colindantes, tales como Amialtepec, mismo que fue clave en la historia de la imagen religiosa.
Y es que se dice que por esos años arribo al pueblo de Amialtepec el fray Jordán de Santa Catalina, quien durante su estancia ocupó los servicios de un humilde campesino a quien educó religiosamente bajo el credo católico, tal y como se acostumbraba en España.
Cuando llegó el momento de que fray Jordán de Santa Catalina regresara a su lugar de origen y tenía que pagarle al humilde campesino, le regaló en recompensa una imagen de la Purísima Concepción, la cual fue tallada en España, advirtiéndole que tenía que venerarla como le había enseñado.
Dicha imagen se colocó en el jacal del humilde campesino y un mal día terminó por incendiarse y todo se redujo a cenizas a excepción de la Virgen de Juquila que solo presentó ligeras quemaduras.
Posteriormente, acontecieron diversos milagros de los cuales se enteraron los pueblos circunvecinos y así fue como habitantes de Juquila se organizaron para trasladar la imagen a su comunidad.
Así es como se inició el nacimiento de un pueblo religioso, hasta llegar a la construcción del santuario, donde actualmente se continúa venerando esta imagen, a la que se le realizan sus festividades y actos religiosos los 8 de diciembre.
¿Cómo es la Virgen de Juquila que se halla en Oaxaca?
La Virgen de Juquila tiene una tercia de vara de 30 cm y el grueso de dos dedos, es decir, cuatro centímetros aproximadamente, así como 15 centímetros de ancho del vestido. Viste una túnica sobre la que cae el manto que se desprende de los hombros y se tercia airosamente bajo el brazo izquierdo.
El cabello se extiende sobre el ropaje, las manos están unidas ante el pecho y los ojos modestamente inclinados con los que acoge las peticiones que, según los fieles creyentes, suelen ser bien acogidas por la reina de los cielos.
Un dato a tomar en cuenta es que con el paso de los años las anécdotas de sus maravillas volaron a lugares distintos, incluso fuera de Oaxaca, pues es muy común que ciudadanos de otras entidades como Puebla, Ciudad de México, Veracruz, Hidalgo, Guerrero o demás se tomen el tiempo para visitarle.