Jean Thouma Hannah Succar Kuri es un empresario y delincuente sexual de origen libanés que actualmente cumple una sentencia de 112 de prisión por los delitos de prostitución y pornografía infantil, en los cuals estuvo también involucrado el exgobernador de Puebla, Mario Marín Torres.
A pesar de que en su momento su nombre se popularizó a principios de los 2 mil en la agenda nacional mexicana debido al delito y los vínculos que llegó a tener, mucha gente no sabe realmente parte de su historia, por lo que en MTP Noticias optamos por contarte todo sobre este polémico personaje.
Jean Succar Kuri y su arribo a México
El empresario nació el 19 de septiembre de 1944 en Bisharri, Líbano, pero no fue hasta la edad de 30 años que arribó a México, justamente un 19 de agosto de 1975. El destino fue la entidad de Guanajuato debido a que ahí tenía familia que le dio hospedaje.
No obstante, más tarde se mudó a Cancún, ciudad que estaba experimentando una explosión en la industria turística y donde haría algunas raíces, pues ahí contrajo matrimonio y se divorció; además, vio crecer su imperio de un puesto de refrescos en el Aeropuerto, incluso su fortuna se estimó en 30 millones de dólares.
Tiempo después, Jean Succar Kuri conoció a una niña de tan solo cinco años en Acapulco, en el estado de Guerrero, con quien se casó cuando ella cumplió la mayoría de edad. Con esta pequeña jovencita tuvo cinco hijos, hecho que en su expediente causó mucha indignación.
Los Demonios del Edén de la escritora Lydia Cacho
Después de la publicación del libro Los Demonios del Edén de Lydia Cacho, el nombre de Jean Succar Kuri se hizo popular entre la gente, ya que se le relacionó directamente con el también empresario libanés que radicaba en aquel entonces en Puebla, Kamel Nacif Borge.
Según la versión del libro, ambos tenían, junto con Mario Marín Torres, una red de explotación sexual infantil, en donde hubo un gran número de víctimas que contaban desde los cinco años de edad hasta poco menos de los 18.
Para 2004, Jean Succar Kuri cayó en Chandler, Arizona, y más tarde se le extraditó a México a petición del entonces procurador general de la República y de la Interpol; un año después, el juez federal Amado Chiñas denegó al méxico-libanés el amparo que solicitaron sus abogados norteamericanos para liberar sus cuentas bancarias por más de 20 millones de dólares.
Finalmente, al empresario se le acusó de pornografía infantil, abuso sexual infantil y estupro, por lo que se le dio una condena de 112 años de prisión por cargos de corrupción de menores.