En todo México y muchos países de habla hispana o donde quiera que haya un latino o un connacional, el 12 de diciembre es una fecha muy especial pues se celebra a ‘La Morenita’, la Virgen de Guadalupe, y que es una de las pocas celebraciones católicas que tiene tanta fuerza que en muchos trabajos y escuelas se da el día como festivo.
Su origen se remonta al tiempo de la conquista de nuestro país, pues hace 491 años – cuenta la historia – la Virgen de Guadalupe se apareció en el cerro del Tepeyac, justo donde actualmente se encuentra la Basílica en la Ciudad de México.
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Pero su aparición va marcada por dos elementos: su propia advocación y el que se le apareciera el indio Juan Diego.
¿Qué es una advocación de la Virgen María?
De acuerdo con el sitio web catholic.net las advocaciones de la Virgen María o advocaciones marianas son los atributos, apariciones o variaciones de la madre de Jesús.
Lo anterior implica que es una extensión o variante de la María original, la que concibió por obra del Espíritu Santo a Jesús. Por ello, la Guadalupana es una variación con rasgos propios de nuestra región y con un simbolismo que se adaptó a las creencias y afinidades del pueblo mexicano.
A la Virgen de Guadalupe se le llama así porque el pueblo más cercano a donde se apareció se llamaba así: Guadalupe, es más, por eso también se le dice Virgen del Tepeyac por ser el sitio preciso de su manifestación.
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Su tez morena – con un aspecto mestizo – relatada por el propio Juan Diego, según los expertos en teología, dio mayor cercanía con los mexicanos por ser una María no europea.
Y como se sabe, su imagen como prueba de la aparición aquel 12 de diciembre de 1531 quedó impresa en el ayate de Juan Diego. Ahí se apreciaba su manto azul custodiado por estrellas y donde se muestra a María embarazada.
El ayate es el que está colgado al centro de la Basílica de Guadalupe en la capital del país, y que motiva a millones de personas a peregrinar cada diciembre para agradecerle favores o pedirle alguna ayuda.
Por Julieta Cerezo/ @julietacerezo
