El 11 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, iniciativa que surgió el pasado 2015 mediante una propuesta que realizó la UNESCO, en compañía de la ONU Mujeres.
Como resulta evidente, el objetivo de este día en específico es reconocer el rol crítico que juegan las mujeres y las niñas en la ciencia y la tecnología, pues cada vez son más las integrantes que se suman a esta área que mucho tiempo estuvo destinado en su mayoría para los hombres.
No obstante, hoy en día, tanto la UNESCO como otras organizaciones luchan incansablemente para alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres en esta rama, así como el apoyo a las jóvenes que deciden dedicar su vida a la ciencia.
Este último punto es de vital importancia, ya que es en ese punto donde muchas mujeres no logran alcanzar sus sueños debido a la falta de apoyo, pese a que muchas cuentan con una plena capacidad para entregar productos al mundo que sean de beneficio.
Por tal motivo, la UNESCO suscribe un mensaje ante este objetivo, el cual es el siguiente:
“En este Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, reiteremos este mensaje fundamental: las mujeres necesitan la ciencia y la ciencia necesita a las mujeres. Solo aprovechando todas las fuentes de conocimiento, todas las fuentes de talento, podremos liberar plenamente el potencial de la ciencia y estar a la altura de los desafíos de nuestro tiempo”.
Algunos datos sobre el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia
Al día de hoy, las mujeres ocupan el 33.3 por ciento del medio mundial en la rama de la investigación, es decir, apenas una tercera parte; en tanto, el porcentaje se eleva, en lo mínimo, al 35 por ciento, cuando hablamos de chicas estudiantes.
Se sabe que apenas el 30 por ciento de todos los países con datos disponibles sobre la proporción nacional de mujeres investigadoras alcanzaron la paridad en puestos importantes y apoyos al estudio hasta el 2016.
Las mujeres siguen ocupando una pequeña minoría de los altos cargos, a pesar de una mejora en los últimos años, hasta la fecha solo 22 de ellas fueron galardonadas con un premio Nobel en una disciplina científica.
Ante todas esas adversidades, la Agenda 2030 incluye el audaz compromiso de ‘no dejar a nadie atrás’ y poner de manifiesto las desigualdades que se producen mediante la recopilación y el análisis de datos sistemáticamente desglosados por sexo, edad, ingresos, discapacidad y origen étnico.