El 30 de abril, día del Niño en México, el hijo de uno de los funcionarios más polémicos del gabinete del presidente, Andrés Manuel López Obrador, recibió un regalo espectacular: el gobierno para el que trabaja su papá le otorgó, por asignación directa —sin licitación—, un contrato por 94.9 millones de pesos.
León Manuel Bartlett Álvarez es el dueño de la empresa Cyber Robotics Solutions. Su padre es Manuel Bartlett Díaz, un viejo político con un expediente negro quien, desde hace año y medio, se desempeña como director general de la Comisión Federal de Electricidad.
El 30 de abril, el hijo de Bartlett recibió un contrato por 94.9 millones pesos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), sin licitación, amparado en las reglas de compras por la emergencia a consecuencia del Coronavirus. Es para proveer equipo de “ultrasonido torácico (portátiles de mesa) para tórax y pulmón”. El fallo fue el 30 de abril y el contrato debe firmarse el lunes 4 de mayo, según consta en el acta de adjudicación directa.
No es el único contrato de la empresa de León Manuel Bartlett Álvarez con el gobierno del que su padre es un alto funcionario: los tiene con el Ejército, la Marina, el Instituto Mexicano del Seguro Social y otros con el ISSSTE. Son al menos siete contratos que suman 162 millones de pesos, según puede comprobarse en el portal de transparencia Compranet.
El segundo contrato firmado por 23.4 millones de pesos es con la Secretaría de la Defensa Nacional. Tampoco hubo licitación de por medio. Entró en vigor el 1 de enero. La descripción señala: “Contratación del servicio de mantenimiento integral plurianual 2020-2023”. El procedimiento de adjudicación tiene el folio AA-007000999-E684-2019.
Un tercer contrato es con la Secretaría de Marina por 4.9 millones de pesos. El procedimiento de adjudicación directa es el AA-013000999-E379-2020 por concepto de “Servicio de mantenimiento preventivo en dos sesiones y todos los correctivos a 01 sistema de cirugía robótica asistida para atención”, que se firmó e inició su vigencia el 10 de abril.
Existe registro de dos contratos más con el IMSS. Uno por 8.2 millones de pesos y otro por 31 millones. Este último inició el 20 de abril y fue revelado por la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, por la compra de ventiladores para los pacientes más graves de COVID-19. El de 8.2 millones data del 25 de febrero de este año y es por “Servicio de mantenimiento preventivo correctivo” a un acelerador lineal dedicado a radiocirugía robótica en el hospital de Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI. El procedimiento de adjudicación —en este sí hubo una licitación pública— es el LA-050GYR051-E20-2020.
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Además del de 94.9 millones de pesos citado al inicio, hay otros dos contratos de Cyber Robotics Solutions con el ISSSTE —ambos sin licitación— por montos menores: 275,000 pesos por “adquisición de material radiológico (material fotográfico y productos químicos)” y 65,000 pesos por “adquisición de termómetros”. Los folios son AA-051GYN036-E7-2020 y AA-051GYN036-E14-2020, respectivamente.
La revelación de estos contratos con el hijo de un alto funcionario pone de nuevo en entredicho la congruencia del gobierno mexicano en su proclamada lucha contra la corrupción. Si bien no se ha comprobado aún nada ilegal en los contratos del hijo de Bartlett con el gobierno federal, despiertan suspicacias los montos económicos, que la mayoría hayan sido adjudicaciones directas y no hayan pasado por ningún concurso y, sobre todo, que se trate de la empresa del hijo de un alto funcionario.
Comportamientos similares en gobiernos pasados fueron severamente criticados por el presidente López Obrador cuando era dirigente opositor. El presidente ha dicho que llegó para limpiar al sistema, que no le basta la legalidad, sino que exige moralidad y ética. Bartlett es el rostro que desmonta el discurso anticorrupción del presidente.
Manuel Bartlett Díaz es quizá el integrante más polémico del gabinete de López Obrador. Por su pasado, es incómodo para muchos integrantes del gobierno y de Morena, el partido del presidente. Cuando México era un régimen de partido único, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), Bartlett fue un temido secretario de Gobernación, denunciado publicamente por toda suerte de atrocidades criminales y políticas, y también se desempeñó como secretario de Educación Pública. De ahí pasó a ser gobernador del estado de Puebla. Al terminar este encargo, el PRI había caído en desgracia y Bartlett se sumó al movimiento que desde entonces construía López Obrador. Fue senador y ahora dirige la empresa de electricidad del Estado.
En septiembre de 2019, se publicaron en W Radio dos reportajes de Arelí Quintero que documentaban que Bartlett, su pareja, Julia Abdala, y su hijo, León Manuel, son propietarios de 23 casas y 12 empresas, las cuales no habían sido declaradas parte de su patrimonio ni transparentadas como posible conflicto de interés por el funcionario. El asunto se volvió un escándalo pues desde entonces cuestionó la principal bandera del lopezobradorismo: el combate a la corrupción.
Sorprendentemente para muchos, López Obrador apoyó a Bartlett de inmediato, lo cual generó una enorme indignación ciudadana. Administrativamente, se ordenó una investigación a cargo de la Secretaría de la Función Pública, que encabeza Irma Eréndira Sandoval, cuyo resultado se reveló en el período vacacional de diciembre: Bartlett fue oficialmente. Se desató otro escándalo que cuestionó el papel de la secretaria Sandoval y del presidente.
El viernes 1 de mayo, la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad reveló que el IMSS había comprado al hijo de Bartlett 20 ventiladores para terapia intensiva a 1.5 millones de pesos cada uno. Tanto Lleón Manuel Bartlett como el director general del IMSS, Zoé Robledo, aceptaron esta venta, pero negaron que hubiera algo ilegal en la operación.
Crédito: The Washington Post
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