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Cuando todo estaba listo para que, el lunes, Acción Nacional ungiera como su candidato a la gubernatura de Puebla a Guillermo Velázquez, exedil de Atlixco, algo inesperado sucedió que, la tarde del domingo, obligó a suspender —“por razones de fuerza mayor…”, se dijo— la sesión de la Comisión Permanente en que ello ocurriría, y ya después, a reprogramar el encuentro para hoy miércoles, dando paso a toda suerte de especulaciones y evidenciando la difícil situación, en materia de unidad, por ejemplo, que enfrenta el blanquiazul en la vecina entidad…
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Y ello, porque la inusual suspensión de la sesión del organismo que coordina el gris-gris Marko Cortés no sólo volvió a dejar en claro lo complejo que para el partido ha resultado este proceso, sino que, además, reactivó la crispación y enfrentamiento entre los diferentes grupos que se disputan “los restos del panismo poblano…”, devolvió a la puja interna a quienes se daban por perdedores y, peor, volvió a alentar a los promotores de opciones que ya en el bunker azul de Coyoacán son consideradas desesperadas.
Opciones que, vale destacar, van desde la no participación en una elección cuyo resultado se augura desastroso hasta la eventual adopción de un candidato externo, un empresario, por ejemplo, o, en el extremo, un militante de otra de las fuerzas participantes, el expriista Alejandro Armenta, senador moreno con licencia y aspirante ahora al gobierno estatal y a quien la mayoría cree que el yeidkolismo “hará a un lado” para imponer a Luis Miguel Barbosa.
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Nada fácil, entonces, se vislumbra la reunión de esta tarde, en la que, de antemano es posible prever un nuevo encontronazo entre el morenovallismo, que se asume con derecho de ser el que defina quién y bajo qué condiciones se compite por una gubernatura que ya había ganado, y perdió a causa del aún no aclarado incidente aéreo en que perdieron la vida Martha Erika Alonso y Rafael Moreno Valle.
El panismo tradicional que, aún sabiendo la difícil realidad que enfrenta el partido a nivel estatal y la carencia de liderazgos competitivos, considera que campaña y elección constituyen una oportunidad para iniciar la necesaria, urgente, reconstrucción de Acción Nacional, y el rearmado de estructuras que al arribo del movimiento citado, fueron arrolladas y eliminados sus dirigentes.
Estemos pues atentos al resultado del encuentro vespertino que, insistamos, deberá concluir con un acuerdo sobre el personaje que se estima debe abanderar la puja por venir porque, de no ser así, estaríamos ante un escenario —el llamado al externo militante de otro partido— que no augura nada bueno. ¿O no?
Con información de Excelsior
