Las agresiones contra la prensa en Puebla continúan y lamentablemente van en aumento. Este fin de semana, una excompañera de trabajo, Monserrat Gómez, quien es una joven conductora y reportera de deportes, fue agredida y abusada físicamente por un ‘hombre’, o más bien un ‘cobarde’, que le robó un beso de la mejilla tras salir del partido del Puebla contra los Pumas, en el estadio Cuauhtémoc.
Cuando vi el video que Monse compartió en su Instagram me dio mucho coraje y pensé las veces que por el hecho de ser mujeres y reporteras, nos llevamos desde miradas lascivas, piropos en la vía pública, y esto me hizo darme cuenta que en ningún lugar estamos seguras.
Este ‘jovencito’ se tomó el atrevimiento de jalar a la reportera, plantarle un beso, en plena pandemia contra el Covid-19. El sujeto, no tenía cubrebocas, no tenía careta y mucho menos un poco de sensatez para pensar en sus consecuencias.
Mi querida Monse, supo cómo solucionar el problema en plena transmisión en vivo, dijo ‘son gajes del oficio’ y siguió como toda una profesional con su enlace. Pero ¡carajo!, estos no son gajes del oficio, esto fue violencia de género, y mucho más delicado fue contra una periodista.
En redes sociales me sorprende, como hay algunos hombres que en diferentes publicaciones donde se compartió esta noticia, le daban un ‘me divierte’, y en sus comentarios ‘solapaban’ el actuar del agresor, diciendo que ella tuvo la culpa por estar en un lugar ‘para hombres’, ¡Por Dios!, seguramente son los mismos que ‘justifican’ una violación porque una mujer estaba sola, fuera de su casa y de noche. #Casual.
Al día siguiente, mi amigo Cristóbal Lobato, reportero de Televisa fue agredido junto con su camarógrafo Alejandro Hernández, en inmediaciones del Paseo Bravo en la ciudad de Puebla, un lugar ‘turístico’ y público, él estaba realizando una nota periodística sobre la colocación de ambulantes en el corredor central de este lugar.
De la nada, fueron interceptados por un grupo de hombres, quienes se dijeron ‘los cuidadores’ de los ambulantes, ya saben, los que cobran el derecho de piso para que puedan instalarse los comerciantes, uno de estos sujetos, metió su mano a una mochila que tenia cargando y comenzó a amenazar con sacar una pistola contra los reporteros.
¡Por dios! No me espanta el que tuvieran una pistola de fuego, por lo visto y por diversos boletines que diversas Secretarías comparten, en Puebla varias personas tienen armas, me espanta y da coraje que solo así tienen ‘los suficientes’ para amenazar a los periodistas quienes están cumpliendo con su trabajo de informar.
La libertad de expresión es un derecho humano que todo ciudadano tiene, pero que lamentablemente hasta el momento ninguna autoridad se ha tomado ni un poquito de su tiempo para poder hacer algo para cuidarnos, bien dicen, solo nos voltean a ver cuando les interesamos.
Por fortuna, en ese momento agentes de la policía estatal turística de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) iban caminando por la zona, y pudieron auxiliar a mis colegas; sin embargo, a pesar de estar una ‘autoridad’ presente, los ambulantes continuaron amenazando a Cris y a Alex.
Está de más recordar mi agresión, ya todos la conocemos; sin embargo, la justicia llega colegas, tarde, pero llega, en mi caso, 3 de los agresores ya han sido vinculados a proceso por el delito de lesiones calificadas, lento, pero ahí vamos… pero, esto no significa que debemos permitir que este tipo de agresiones.
En Puebla, la ASPEC y la Red de Periodistas han estado respaldando a todos los periodistas, camarógrafos y reporteros que han sido intimidados, violentados y amenazados, y que sin importarnos de que zona sean, qué fuente periodística se cubra y sobre todo a qué medio de comunicación se trabaje, nos han unido para que en una sola voz exigimos un ‘Periodismo sin Violencia’.
Por Itzel Valencia