“No quiero despertar, me voy a dormir porque así olvido”, es lo que constantemente le dice a su madre Abner, niño violado por cura de Aquixtla, Puebla, Gerardo quien a dos años de lo ocurrido no ha sido sentenciado.
Este lunes 11 de diciembre de 2023 se realizará la audiencia de alegatos y fallo, por lo que Esperanza exige al juez, Francisco Javier Orozco que “no le tiemble la mano” y le dicte pena máxima.
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Por no sangrar cuando lo penetró el diácono en una habitación de la iglesia de San Juan Evangelista en Aquixtla, Puebla, el juez Aron Chino desestimó la denuncia de su hijo de solo siete años de edad, dice Esperanza.
A 25 meses y 15 días de la agresión sexual que descubrieron en flagrancia por ella, acusó que el diácono cuenta con todo el respaldo de la iglesia católica, quien además de seguir pagándole su salario absorbe los gastos de un buffet jurídico para recibir el acompañamiento de 10 abogados.
Sobre el video que se viralizó este domingo 10 de diciembre de 2023 en redes sociales, en donde se ve al diácono acechando a Abner al interior de la iglesia previo a la agresión sexual, Esperanza aseguró que desconocen quién filtró, pues a ella le dijeron que no había respaldo de los videos al interior, pues las cámaras únicamente “transmitían, no grababan”.
Niño violado por cura de Aquixtla: Esperanza se arrepiente de evitar el linchamiento
A pregunta expresa de MTPNoticias sobre si se arrepiente de evitar el linchamiento del agresor sexual de su hijo, respondió que sí, pues confío en que habría justicia y ese momento aún no llega.
“Muchos son padres y hoy sí me arrepiento”, dice Esperanza al evidenciar que para su hijo ha sido muy difícil continuar después de la agresión sexual.
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La noche del 26 de octubre de 2021, Esperanza sorprendió al cura de Aquixtla, Gerardo, violando a su hijo de siete años.
Un grupo de pobladores intentaron hacer justicia por su propia mano y lincharlo, pero ella confío en las autoridades para que hicieran justicia y evitó que le arrebataran la vida
La madrugada del 27 de octubre de ese año lo entregaron a la policía y días después vinculado a proceso.
Los siguientes dos años el cura con el respaldo de la Arquidiócesis de Tulancingo, Hidalgo, consiguió amparo tras amparo para dilatar el proceso y evadir la justicia.
El 17 de agosto de este 2023 el juez Aarón Chino Hernández lo volvió a favorecer y en esta ocasión lo dejó en libertad alegando que se trataba de una persona que no representaba un peligro para la sociedad.
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Por este hecho el presidente Andrés Manuel López Obrador lo exhibió por corrupto en una de las mañaneras lo que obligó al mismo juez ordenar su orden de reaprensión el 23 de agosto de 2023.
Actualmente se encuentra preso y este lunes 11 de diciembre de 2023, se realizará la audiencia de alegatos y fallo, en la que familiares de Abner confían que el nuevo juez, Francisco Javier Orozco, que lleva el caso dicte sentencia máxima.
Esperanza y su hijo huyen de Aquixtla por mensajes de odio de iglesia católica
Esperanza y su hijo, Abner, abandonaron a sus amigos, familia, escuela, su tierra, en Aquixtla debido a que recibieron constantes amenazas de muerte y mensajes de odio incitados desde la propia iglesia católica en las homilías.
“Hemos recibido muchas amenazas de muerte, mensajes, siempre hubo mensajes de odio y difamaciones por parte de la iglesia. En los sermones se incitaba a la violencia hacia nuestra persona por haber denunciado”, relata.
Judith Hernández, de la Red Plural de Mujeres de Puebla, lamenta que en Puebla no exista la pena de muerte o la castración química, pues es lo se merece el diácono Gerardo, por violentar sexualmente a niños.
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La activista, quien ha acuerpado a Esperanza y a su hijo en este proceso, se suma a la exigencia de justicia y hace un llamado para que la iglesia católica lo excomulgue, pues se trata de una figura en la que los fieles confían y él aprovecha esto para abusar de los niños.
Esperanza reveló que luego de hacer pública la agresión sexual que sufrió su hijo, otros 10 niños de la comunidad de Aquixtla se acercaron a ella, para contarle que también fueron víctimas del diácono Gerardo, pero por miedo a represión y a los señalamientos de la propia comunidad no denunciaron.
“Los niños mueren, porque no les creen. Cómo madre voy a seguir alzando la voz por mi hijo y el de todos. Porque no quiero que le pase a alguien más, lo que vivió mi hijo”, expresó.
