“Un asesino y violador anda suelto en Cuautempan”, es una de las frases que ocuparon este jueves 27 de mayo habitantes de comunidades indígenas de este municipio, ubicado en la Sierra Norte de Puebla para exigir justicia por los recientes feminicidios de Josefina y Hermelinda, dos mujeres muy queridas por los comuneros.
Eran a las 10:30 de la mañana cuando hombres, mujeres y niños comenzaron a concentrarse en la calle principal de la cabecera municipal con pancartas en las que se leían consignas como: “Nos están matando ¡Ayuda!” “Actúa, nos están matando #NiUnaMenos. Tocan a una, tocan a todas”.
Fueron hombres de la tercera edad quienes tomaron la iniciativa de encabezar la caminata, indignados al igual que las mujeres de este municipio gritaron “¡Justicia, justicia!”, y nombraron a las víctimas.
Lee: A Josefina la violaron y mataron en Cuautempan, su cuerpo fue abandonado cerca de su casa
El cuerpo de Josefina Gutiérrez Chávez fue hallado cerca de su casa en la comunidad de Papalotla el domingo 24 de mayo, con huellas de haber sido atacada sexual y físicamente.
Apenas el 28 de abril también encontraron sin vida y con las mismas características a Hermelinda Nava Montero, una mujer muy reconocida y querida por pertenecer a la emblemática ‘Danza del Xochiplato’ en este municipio.
Recomendamos: Dan 76 años de prisión a Manuel Forcelledo por el feminicidio de Karla López
Ambos casos siguen impunes pues no hay detenidos ni avances en las investigaciones, según los habitantes.
Y el presidente municipal no da la cara
Durante el trayecto, los manifestantes fueron gritando consignas como: “si te dejas, jamás habrá culpable tras las rejas”, “Hermelinda Nava, presente”, “Josefina Gutiérrez, presente”, “Cuautempan unido, jamás será vencido”, “mujeres asesinadas y el presidente no hace nada”.
Al llegar frente a la presidencia municipal, exigieron que el edil Gerardo Cortés Betancourt diera la cara para que entregaran un pliego petitorio; sin embargo, no fue posible porque este, según sus trabajadores, no estaba en el municipio.
El enojo de los habitantes creció más pues exigen ser escuchados, que haya garantías para que sus mujeres transiten con tranquilidad en las calles, pues cada día les da más miedo salir de sus casas por miedo a ya no regresar.
En la plaza principal de Cuautempan, se colocó un altar en memoria de las víctimas, con la esperanza de que pronto caigan sus violadores y asesinos.
Por Alfredo Ramírez
Video y fotos: Joel Rodríguez