Los vecinos de la unidad habitacional de Bosques de San Sebastián son testigos de cómo María Antonieta no solo secuestraba y vendía la carne de sus perros sino que también mantenía en condiciones de abandono a sus dos hijos menores de edad, uno de ellos de diez años a quien vestía con ropa de mujer.
En entrevista con las madres de familia de esta zona, narraron que en muchas ocasiones observaron cómo esta mujer obligaba al menor a usar faldas o vestidos mientras que el otro, un adolescente de 17 años, siempre estaba encerrado con los perros debido a que no puede caminar.
Ambos menores quedaron a disposición del Sistema Estatal DIF la noche de este 19 de septiembre luego de que su madre fuera detenida por policías del municipio de Puebla, acusada de maltrato animal, pues en su departamento fueron rescatados 30 animales entre perros, gatos y palomas.
Fue cerca de la media noche cuando en una ambulancia fue trasladado el mayor de los hijos de María Antonieta, quien generalmente –de acuerdo con la versión de los vecinos– se quedaba encerrado en el departamento, en medio del olor fétido que provocaba la carne de perros, además que al interior del inmueble fue ubicado un espacio lleno de sangre en donde supuestamente mataba a los animales.
María Antonieta puede pasar hasta cuatro años de cárcel
Fue en julio del 2013 cuando quedó tipificado el maltrato a los animales en Puebla hasta con cuatro años de prisión y multas de 26 mil pesos.
En el artículo 470 quedó establecida una sanción de seis meses a dos años de prisión, y una multa de 50 a 100 días de salario “al que mediante acción u omisión, realice actos de maltrato o crueldad en contra de cualquier animal con la intención de ocasionarle dolor, sufrimiento o afectar su bienestar”.
“Si los actos de maltrato o crueldad provocan la muerte del animal, se impondrán de dos a cuatro años de prisión y multa de 200 a 400 días de salario”, agrega el texto aprobado el 25 de julio del 2013 por 37 votos a favor y una abstención.
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¿Cómo se descubrió el caso?
Bongo, un perro french poodle se perdió el 13 de septiembre pasado y su dueño, Jorge Luis comenzó una campaña de búsqueda para ubicarlo pero fue este jueves 19 cuando una señora se comunicó con él para asegurarle que su can se encontraba en el departamento 4 del edificio 52.
Fue así que acudió al lugar a reclamar el paradero del perro y encaró a Maria Antonieta quien al no poder sostener que no lo tenía, huyó del lugar con su hijo menor, situación que fue aprovechada por Jorge Luis y otros vecinos para ingresar a la casa.
Fue ahí cuando descubrieron que al interior había perros vivos y muertos. Algunos estaban destazados en un refrigerador, pues según los vecinos, esta mujer se los comía y los vendía en carne enchilada.
Dentro del departamento fue ubicado un cuarto en donde había más perros además de palomas, conejos y gatos, con los cuales convivía la familia todos los días. Posteriormente la mujer fue encarada y los vecinos intentaron lincharla, pero al final fue rescatada por la policía municipal.