Ella delgada, de cabello ondulado y alegre; él orgulloso de sus orígenes, protector y apasionado de su trabajo. Se trata de Rocío Margarita Pérez Carvajal de 24 años de edad y su novio Roberto Ochoa de 28, una pareja de jóvenes que recién comenzaban su historia de amor en el departamento 1 del edificio 2506 en la 2 Poniente, barrio San Matías en la ciudad de Puebla. Ambos quedaron bajo los escombros al colapsarse el edificio donde rentaban, tras explotar un tanque de gas estacionario la noche del martes 25 de enero.
El cadáver de Rocío fue rescatado la madrugada de este jueves alrededor de la 1, pero el de Roberto fue recuperado hasta la noche de este viernes, 48 horas después del accidente.
Él es originario de San Nicolás de los Ranchos, y desde que ocurrieron los hechos, sus padres, unos señores de la tercera edad y sus hermanos no se despegaron del punto de la tragedia, hasta que recibieron su cuerpo y se lo llevaron para darle sepultura.
Rocío y Roberto compartían la misma pasión: plasmar su arte en la piel de los apasionados del tatuaje. Con esfuerzos y con el apoyo de uno de sus amigos, abrieron su propio negocio denominado ‘Katharsis Tattoo Studio’ el 16 de junio del 2020.
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“Este es el equipo de Katharsis Tattoo Studio listo para enfrentar los retos 2022. Esperamos verlos pronto este nuevo año”, es el mensaje con el que el ‘Robert’, como lo conocían, mostraba sus ilusiones por seguir creando nuevos diseños en este 2021.
En diciembre pasado, él elaboró el póster oficial con el cual su “pueblito” (San Nicolás de los Ranchos), celebraba su primer centenario. En él hizo una combinación del volcán Popocatépetl ardiente, la iglesia de San Nicolás de Bari, un molcajete gigante y un viejo camión de los “Cholulas”.
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Rocío, ‘LaRousse’, como se hacía llamar, era una mujer de rostro tierno, amante de los gatos y apasionada de la fotografía. Compartía con Roberto, su amor a San Nicolás de los Ranchos y al guardián de esta comunidad: el volcán Popocatépetl.
En sus redes mostraba todas sus creaciones: fotos de sus animales favoritos, de ella en distintos paisajes y rostros de mujeres, su género, con quien se solidarizaba.
La noche del pasado 25 de enero, sus ilusiones se apagaron. Ambos quedaron atrapados entre los escombros. El cuerpo de Rocío fue el segundo rescatado, de las cuatro víctimas mortales que dejó esta explosión de tanque de gas estacionario.
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Rubén, el padre de Rocío, estaba esperanzado en volver a ver el rostro alegre de su niña. Al romperse sus esperanzas, sondeó con los vecinos y se enteró de que la fuga de gas en el edificio, llevaba una semana por lo menos y ya había dado aviso a la dueña, quien no hizo nada. Ahora busca denunciarla para que pague por la muerte de su Rocío y de Roberto, su hija y yerno.
Con información de Paulina Díaz / @Just__Pau