Se llama Jalit Cano Parra y es originario de Veracruz. Con la huida de ‘El Bukanas’ en el llamado ‘triángulo rojo’ en 2017, ‘El Mamer’ expandió su negocio de tráfico de gasolina a Puebla, después como secuestrador, extorsionador, y narcotraficante.
Su imperio acabó este jueves 28 de enero cuando agentes federales lo ubicaron en el municipio de Hueytamalco, uno de sus centros de operación, pues se sabe que también tenía casas de seguridad en Tlaxcala y Campeche, de donde se decomisaron una veintena de autos y armas.
Los gobiernos locales no habían podido ubicarlo, incluso Miguel Ángel Yunes Linares, ofreció un millón de pesos por su ‘cabeza’ en su tiempo como gobernador (2016-2018), pero nadie lo entregó.
Así, Jalit siguió robando gasolina de los ductos de Pemex, traficando con drogas, asaltando a transportistas, secuestrando, extorsionando y asesinando a integrantes de bandas contrarias, hasta que inteligencia de la SEIDO lo ubicó y capturó junto con otros cuatro de su banda ‘Sangre Nueva Zeta’.
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Obligaba a la gente a pagar por robar gasolina
También se hacía pasar por Noé, mejor conocido como ‘El General’, y fue acabando con ladrones de combustible en municipios como Texmelucan, en donde también cobraba cuota a los habitantes para dejarlos robar de los ductos de Pemex.
Su poderío de dolor y sangre se basó en dejar decenas de cuerpos embolsados en los municipios colindantes con su estado oriundo, cuyas víctimas eran torturadas y en ocasiones decapitadas, para dejar un mensaje a sus opositores.
Hoy, ‘El Mamer’ y sus cómplices ya duermen en el penal federal del Altiplano, en donde han sido encerrados grandes capos de la droga como Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.