Una llamada para solicitarle una recarga telefónica, debido a que no podía salir de su trabajo, fue la última comunicación que Griselda Toxtle Guevara tuvo con su sobrino Michell Jiménez Toxtle, de entonces 21 años de edad.
Fue el 18 de febrero del 2016 y desde ahí nunca más lo volvió a ver y en medio de su dolor por no encontrar pistas ni apoyo por parte de la Fiscalía de Puebla, se unió a otros familiares de desaparecidos, agrupados en el colectivo la Voz de los Desaparecidos Puebla para buscar ser escuchados. A ver si así en grupo les hacen caso.
Sin embargo, este 15 de julio, en el último día de sesión ordinaria de los diputados locales, sus esperanzas se vinieron abajo cuando fueron rodeados por policías cuando llegaron a exigir la discusión de la Ley en Materia de Desaparición de Personas, que vienen exigiendo desde hace más de un año.
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Griselda forma parte de la docena de familiares de desaparecidos que se quedaron a acampar afuera del Poder Legislativo, con la esperanza de que los legisladores reaccionen y convoquen a una sesión extraordinaria para tratar este tema, aunque de antemano, saben que estos ya se van y están dejando todo en manos de quienes toman protesta el 15 de septiembre próximo.
La desaparición de Michell
Michell es solo uno de los casos que ocurren a diario en Puebla, su no localización desde hace más de cinco años hacen pensar a su tía que ya está muerto, pero aún así, ella quiere saber qué pasó con él.
En entrevista con MTPNoticias, Griselda narró que vivían juntos y mantenían constante comunicación vía llamadas telefónicas para enterarse dónde están o si llegaban tarde a casa. Ese 18 de febrero del 2016, por la noche, Michell le llamó para pedirle una recarga, argumentando que no podía salir del trabajo, pero nunca regresó a casa.
El joven trabajaba como ayudante general en un una casa en San Andrés Cholula, donde ayudaba como chofer, iba al campo o iba a un rancho para hacer diferentes trabajos, por eso Griselda cree que sus patrones tuvieron que ver con su desaparición, o saben algo, pues fueron las últimas personas que lo vieron.
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Sin embargo, al buscar respuestas ella fue a esa casa a preguntar por Michell, pero le aseguraron que él pidió salir y que no supieron más. Esto levanta las sospechas de Griselda, ya que ella asegura que él era un hombre comprometido, cuidadoso y no pudo mentir al respecto.
Fiscalía perdió las sábanas de las llamadas
A partir de ese momento fue a la Fiscalía General del Estado, pero las autoridades se equivocaron catastróficamente de compañía telefónica para buscar el celular de Michell y con el, la ubicación de su sobrino, dejándola sin una sábana de llamadas y sin esas pistas tan importantes para dar con su paradero.
Desde ese día, hasta ahora, la Fiscalía no ha llevado una búsqueda real, solo “ha sido una búsqueda de escritorio” y Griselda no ha tenido ninguna noticia de Michaell.
Ante el nulo trabajo de la Fiscalía, ella ha buscado incansablemente a su sobrino e incluso dado algunas líneas de investigación, pero las autoridades no han llevado el proceso a cabo, les han dado largas, solo hacen oficios.
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Ante esto, Griselda se dio cuenta que la Fiscalía General del Estado no realiza búsquedas reales, pues ella les indicó los lugares en donde probablemente podía estar, pero ellos hicieron caso omiso y descartaron los lugares, ahora, por el tiempo que ya transcurrió desde su desaparición, puede que Michell ya no esté con vida.
“En mi caso ya no me beneficia la ley, porque todas las pistas que yo di ya se perdieron, pero para las personas que siguen desapareciendo sí sería de ayuda para ellos y porque queremos que ya no haya desaparecidos en Puebla”, dijo Griselda.