“Los doctores me lo mataron”, dice desconsolada Patricia Estévez quien asegura que su hijo César Augusto no murió a causa del Coronavirus como quedó en su acta de defunción, pues cinco días después del fallecimiento, el laboratorio del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), le entregó la prueba y este dio negativo.
Narra en entrevista con MTPNoticias que todo empezó el pasado 27 de abril cuando su hijo de 28 años, beneficiado del programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro` empezó a sentirse mal por la insuficiencia renal que padecía desde hace tiempo atrás por lo que fue llevado a la clínica número 2 del IMSS.
Sin embargo, sin dar mayores explicaciones, fue trasladado a la unidad médica de La Margarita en donde le realizaron una transfusión de sangre y fue dado de alta luego de haber sido diagnosticado con una infección urinaria.
Lee: Gobierno de AMLO oculta 98 muertos por Covid-19 en Puebla
Recayó el 4 de mayo y al tener dificultades para respirar le tomaron muestras en la unidad de urgencias de la clínica 2 para que fuera analizado por sospechoso de Covid 19. Nuevamente fue traslado a La Margarita, esta vez encapsulado con el miedo de que propagara el virus.
Solo tres días después, César Augusto murió. Primero le dijeron a sus padres que había sido por neumonía “probablemente a causa de Coronavirus”, pero los resultados de las pruebas que le habían hecho previamente, serían entregadas después.
“Ya casi en el cambio, el doctor se me acercó y me dijo que César estaba bien, sus estudios salieron bien, para su enfermedad salieron normal, su placa de tórax está bien, salió limpia. Lo que él necesitaba era una hemodiálisis porque ya con el suero de hace 15 días y la temperatura que tuvo está un poco saturado”, relató Patricia.
A esta familia les hicieron creer primero que solo le realizarían una hemodiálisis al joven.
“Tengo hambre mamá, tengo sed”, las últimas palabras de César
Patricia dice estar consciente de que como padres, ellos sabían que sin un trasplante de riñón, en cualquier momento podía fallecer su hijo, pero la forma en la que se dieron las cosas, ella ve una negligencia médica.
En el proceso de acompañamiento de hospitalización de Cesar, ella encaró a una de las enfermeras quien la reportó, razón por la que según ella, no le brindaron atención inmediata a su hijo y lo metieron al área Covid sin tener la certeza de que estaba enfermo del virus.
“Con la hemodiálisis yo sé que él iba a aguantar. Él me dijo que tenía hambre y sed así que le dije a mi hijo: ‘aguanta, aguanta, te vas a poner bien tu espérame’”.
“Los doctores me lo mataron, exijo justicia”
César Augusto fue declarado muerto el 7 de mayo a las 16:08 horas por un choque séptico provocado, según el acta de defunción, por una ‘neumonía probable Covid 19’ y por un trastorno metabólico tipo hipoglucemia por una enfermedad crónico terminal.
Marco Antonio, el medico epidemiólogo que ordenó la prueba de Covid a Cesar, sin saber de la muerte de este entregó los resultados de la muestra a la señora Patricia el día 11 de mayo, cuatro días después de la muerte en el que de acuerdo con el NSS 1014926821, la muestra de exudado faríngeo a SARS CoV-2 resultó negativo.
Es decir, César Flores Estévez, hasta el momento de ser internado a La Margarita.
“Cómo están tan seguros de que fue Coronavirus, la prueba iba a tardar cinco días y ellos en una hora determinaron que era Coronavirus cuando el necesitaba una hemodiálisis, el doctor Guillermo Aguilar y la otra doctora que no recuerdo su nombre me lo mataron”, dice Patricia en su dolor de madre.
“Yo solo quiero que se haga justicia, que se les quite la licencia a estos médicos, que se abra una investigación y que me los pongan enfrente de mí, para ver si me pueden sostener la mirada después de que me mataron a mi Cesarín”, agregó entre lágrimas.
César, beneficiado del programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’
A los 23 años de edad, César Augusto fue diagnosticado con insuficiencia renal, lo que lo mantuvo en tratamiento. No obstante, esto no fue un impedimento para él, pues aunque no podía conseguir trabajo debido a los cuidados y lo costoso de su tratamiento, el año pasado ingresó su documentación dentro del Programa ‘Jóvenes Construyendo el Futuro’ logrando una beca para trabajar en el Instituto Municipal de Arte y Cultura (IMACP) del Ayuntamiento de Puebla.
De acuerdo con lo declarado por su propia madre, Cesar iba a ser uno de los jóvenes afortunados que una vez concluyendo su beca, iba a obtener una plaza dentro del Ayuntamiento.
El cuarto de Cesar permanece tal y como lo dejó a su salida, lleno de posters del equipo de los Pumas, fanático desde muy pequeño aunque por sus condiciones de salud no podía practicar el deporte que más le apasionaba: el futbol.
En su habitación aún se pueden observar sus sandalias en el suelo y una tableta en su escritorio, mismas de las que gozaba cuando llegaba de su trabajo, del que obtenía recursos para pagar su tratamiento de hemodiálisis.
