Dulce Espinosa
Al cerrar su campaña con una caminata en el centro de la ciudad de Puebla, el candidato a gobernador por el PRI, Alberto Jiménez Merino, aseguró que el caso Mario Marín – Lydia Cacho no le afectó, pues el exgobernador se encuentra prófugo de la justicia, acusado del delito de tortura contra la periodista.
Al igual que sus otros dos contendientes que fueron arropados por figuras nacionales, Jiménez Merino estuvo acompañado por la líder del PRI en el país, Claudia Ruiz Massieu y ambos encabezaron la llamada Marcha de la Victoria en la que participaron unas tres mil personas, quienes partieron del Paso Bravo a la sede del partido al ritmo de la banda.
Aunque hubo ausentes, pues la mayoría ya migró a la campaña de Miguel Barbosa Huerta, puntero en las encuestas, hubo otros personajes como el exgobernador de Puebla Melquíades Morales Flores y el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno, entre otros.
Al llegar al PRI, Merino enlistó sus propuestas de gobierno y pidió a los militantes leales a promover el voto a su favor en las votaciones del 2 de junio e indicó que él no se vende.
Minutos antes, el presidente del Partido Acción Nacional, Marko Cortés había hecho un llamado a Merino para declinar a favor de Enrique Cárdenas como una forma de frenar a Miguel Barbosa de Juntos Haremos Historia y a los priistas a un sufragio útil.
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Cuestionado sobre esta idea, el candidato nuevamente dejó en claro que quienes son leales al PRI no se venden y prevé su triunfo el 2 de junio pese figurar en tercer lugar en las encuestas.
Ruiz Massieu también destacó que Jiménez Merino es la única opción viable para sacar a los poblanos de la pobreza ya que el PAN ya demostró que no sabe gobernar al igual que Morena en el país.
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