Un molde enorme de cemento aún se observa en el piso de lo que quedó de la iglesia de Santiago Apóstol en Atzala, Puebla. Han pasado cinco años de aquel 19 de septiembre del 2017, cuando un sismo de 7.1 grados sacudió el centro del país y que, en este punto de la entidad, dejó 12 personas muertas, quienes presenciaban la misa bautismal de la niña Elideth.
Año tras año, los habitantes de este municipio, ubicado en la Mixteca de Puebla, se quedaron esperando a que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) autorizara la demolición de este inmueble del siglo XVI.
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Sin embargo, el personal solo acudió a darse sus vueltas, a supuestamente realizar evaluaciones, pero a la fecha, los daños se han agravado, pues con el paso del tiempo y las lluvias, han ocasionado que, poco a poco, se derribe más el inmueble.
Los habitantes se cansaron de esperar y adecuaron una galera a un costado, en donde realizan sus misas, además de comenzar a construir un nuevo templo para tener un lugar en donde seguir adorando a Santiago Apóstol.
Los escombros entre la yerba crecida en la iglesia solo les recuerda que aquí, hace cinco años, se vivió la tragedia más grande de la que tengan memoria: la muerte de 12 integrantes de una familia que se había reunido en el templo para bautizar a la bebé Elideth cuando alrededor de las 13:00 horas, se les vino la cúpula encima.
Los sobrevivientes recuerdan que el sacerdote que oficiaban la misa, el padre Néstor Cuautle, les pidió no desalojar la iglesia y continuar con los rezos, cuando de pronto, el crujido de las paredes fue subiendo de tono hasta que una parte del techo se colapsó y varios de los presentes quedaron bajo los escombros.
Los únicos que se salvaron fueron el sacerdote y sus dos sacristanes: Lorenzo y Sergio. El primero ya no regresó al pueblo, mientras que el papá de la pequeña Elideth también migró de ahí, al quedarse sin su esposa y sus dos hijas.
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La reconstrucción de las iglesias que no ha llegado en Puebla
En su momento, se contabilizaron 621 inmuebles religiosos dañados en todo el estado de Puebla, de los cuales, 133 resultaron con daños graves, 326 con daños severos y 162 con grietas leves.
Las de menor daño, quedaron apuntalados y continuaron operando después, pero los i Puebla nmuebles, con daños severos y graves, siguen esperando dictámenes para ser financiados, como el caso de Atzala.
Por ejemplo, el templo de San Antonio Alpanocan en el municipio de Tochimilco comenzaron los trabajos antes de la pandemia de la Covid 19, pero ante el cierre total en 2020, los trabajos quedaron suspendidos.
El gobierno federal no tiene un reporte desglosado para saber exactamente cuántos inmuebles históricos siguen en la lista de espera.
En el municipio de San Martín Totoltepec, las imágenes del templo en ruinas están resguardadas en un auditorio porque también siguen esperando la reconstrucción prometida.
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