El 5 de marzo de 2020 quedó marcado como la fecha en la que los jóvenes no exigieron ni criticaron a través de las redes sociales, sino físicamente con el puño en alto y en voz fuerte por las calles de la ciudad de Puebla, para exigir un ya basta a la violencia contra los universitarios.
Esta vez no recibieron calificativos como el de ‘millenials’ o el de jóvenes alejados de su mundo. Fueron miles de alumnos quienes pusieron el ejemplo a millones de poblanos y mexicanos que existe algo que se llama civilidad y unión.
Los 150 mil que salieron a las calles no se conocían. No por nada una de las consignas fue: “No nos conocemos, pero nos necesitamos”.
Apenas amanecía y había algunos padres de familia que fueron a dejar a sus hijos a los puntos de salida: a la avenida Juárez, frente a Fiscalía y en Ciudad Universitaria. A lo lejos daban recomendaciones para cuidarse, otros daban la bendición a sus ‘pequeños’ quienes, en realidad, ya son mayores de edad.
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La mayoría llegaba por su cuenta o en ‘bola’ entre las 6:30 y las 8:00 horas. En la cobertura informativa, no faltaban los reporteros que decían “son muy pocos” y hasta llegaron a creer que la movilización iba a fracasar.
A eso de las 8:20 cuando la marcha comenzó en la avenida Juárez esquina con 21 Sur, nadie se dio cuenta cómo se formó una multitud. Algunos llegaron con sus batas blancas porque son estudiantes de Medicina y otros vestidos de negro, en mensaje de luto.
Los jóvenes comenzaron a caminar sobre la Juárez, después sobre la avenida Reforma y Juan de Palafox y Mendoza y el bulevar 5 de Mayo.
A las 9:20 comenzaron a llegar los primeros jóvenes a Casa Aguayo, en 14 Oriente esquina con 14 Norte.
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Organizados se formaban en las laterales de la 14 Oriente hacia bulevar Xonaca, siempre dejando el paso sobre el arroyo vehicular para permitir el paso al contingente.
A las 11:00 horas cuando el gobernador Miguel Barbosa salió a dar la cara y atender personalmente a los jóvenes, el contingente era interminable.
El contingente no tenía fin, llegaban miles y se organizaban conforme arribaban a las inmediaciones de la sede el gobierno del estado, donde con mensajes establecidos a través de las manos sabían en qué momento guardar silencio y en qué momento lanzar consignas.
Los jóvenes del perifoneo, arriba de una camioneta con el rótulo de la Upaep, afirmaban que eran en ese momento 150 mil jóvenes en las calles de Puebla, algunos salieron de la Juárez, otros de CU y unos de la 31 Oriente.
Los jóvenes afirmaron que la punta del contingente estaba en Casa Aguayo y el final llegaba hasta la avenida Juárez, es decir, más de cuatro kilómetros de filas humanas.
Durante el trayecto, miles de adultos que no son estudiantes respaldaron el movimiento. En el trayecto hasta Casa Aguayo llegaron con botellas y garrafones de agua, además de fruta y alimentos para distribuir a algunos grupos.
Los jóvenes llegaban por grupos, según la escuela o facultad de la BUAP, a la sede del gobierno, donde gritaron, bailaron o cantaron mensajes de rechazo en contra de la inseguridad. En voz fuerte pronunciaban: “Queremos ser licenciados y no ser asesinados”.
Cerca de las 14:00 horas llegaba el último grupo del contingente. Fueron más de cinco horas de marcha para que el contingente llegara a su fin.
Entre los miles marchaba también don Felipe Espinosa Tecuapetla, quien a sus 83 años de edad es estudiante de Ingeniería en Procesos y Gestión Industrial de la BUAP. Con su bastón se apoyaba para juntar la basura y colocarla en un costal.
La misma distancia que marcharon los jóvenes la caminó don Felipe, para apoyar a sus compañeros quienes exigieron justicia por el asesinato de Ximena Quijano y José Antonio Parada, ambos colombianos y estudiantes de la UPAEP; Francisco Javier Tirado, alumno BUAP y Josué Emanuel Vital, chofer de UBER.
Alumnos de 80 universidades lograron ponerse de acuerdo aún sin conocerse. Por las calles lanzaban consignas y expresaban consignas. Los teléfonos celulares los llevaban guardados, no estaban distraídos en los equipos móviles.
La marcha fue un éxito, a las 15:00 horas el secretario de Gobernación estatal, David Méndez Márquez, salió a informar que el gobernador Miguel Barbosa acordó con una comisión de alumnos la creación de una Fiscalía Especializada en la atención a comunidades universitarias en Puebla.
A la salida de Casa Aguayo el paisaje urbano fue de calles limpias, los jóvenes se organizaron para llevarse su basura. No hubo groserías, ni vandalismo.
Los jóvenes demostraron que son tan organizados y que si ellos quieren, son capaces de conquistar México.
Los miles de jóvenes y don Felipe lograron concentrar la marcha más grande en la historia de Puebla y de manera pacífica.
El movimiento seguirá, esto es el inicio de la acción de la gran fuerza estudiantil en Puebla.