Algo pasa en la comunidad de la Encrucijada en el municipio de Palmar de Bravo que cuatro de las 87 personas que recuperaron su libertad tras múltiples irregularidades cometidas en el Operativo Encrucijada –realizado el 9 de marzo del 2017 tras el asesinato de tres ministeriales– fueron levantados y días después, aparecieron descuartizados.
El último caso se registró el 29 de enero pasado. Se trata de José Guadalupe, quien en su momento fue acusado de tentativa de homicidio, portación de arma, asociación delictuosa y delitos contra servidores públicos.
Los familiares están muy preocupados porque temen que se trate de ejecuciones extrajudiciales, luego de que estos hombres lograran probar inocencia y dejar en ridículo a la Fiscalía General del Estado (FGE) de Víctor Carrancá, que en su momento los señaló como parte de la banda de Roberto de los Santos de Jesús, ‘El Bukanas’, un supuesto líder huachicolero.
Recordarán que en el gobierno de Antonio Gali Fayad, 87 personas fueron detenidas en este operativo, incluido el entonces alcalde de Atzizintla, José Isaías Velázquez, acusados de formar parte de una banda criminal en los municipios colindantes con Veracruz, y presuntos implicados en el secuestro y asesinato de tres ministeriales.
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Sin embargo, con el transcurso de los meses, los abogados de los imputados, consiguieron pruebas que refutaron la versión oficial, consiguiendo la libertad de sus defendidos.
Ahora, quienes todavía acuden a firmar, tienen miedo hasta de asistir tras enterarse que cuatro de las personas detenidas y puestas en libertad, han sido asesinadas con el mismo modus operandi.
Lo extraño del caso es que ni los policías municipales reportaron el hallazgo de los restos, lo que preocupa más a los habitantes de la Encrucijada y de Atzizintla, porque creen que las autoridades pueden estar coludidas con estos asesinatos.
El llamado es que la Fiscalía local investigue estos homicidios, sobre todo porque se trata de cuatro personas que formaron parte del Operativo Encrucijada.
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Alejandro Armenta Mier entendió bien el mensaje que envío el gobierno estatal con la detención de Valentín Meneses, investigado por actos de corrupción cuando fue secretario de Gobernación de Mario Marín Torres (2005-2011), que lo llevó a bajarse de la contienda por la alcaldía de Puebla.
Aunque él diga que las detenciones de Mario Marín y Valentín Meneses no influyeron en su decisión de no buscar la candidatura, la realidad es que analizó qué le conviene más: seguir como uno de los principales líderes de Morena en el senado o abrir un frente en Puebla que no lo bajen de ser ahijado político de Marín.
Además, no hay que olvidar que Operativo Encrucijada pasó por la Secretaría de Desarrollo Social y en el DIF en los tiempos de Marín, al igual que como pasó con Valentín, no le cuesta a la fiscalía iniciarle una investigación.