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Publicado enDestacadas, Estado

#Crónica: así es Ajalpan en donde ‘El Bukanas’ es doblemente santo

El Bukanas
Foto: Internet

Oscar Balmen /@oscarbalmen

‘El Bukanas’ es uno de los pocos líderes huachicoleros en México por los cuales el gobierno mexicano pagaría un millón de pesos en recompensa a quien ofrezca datos fehacientes que lleven a su captura.

“Bienvenido a la tierra del líder huachicolero más peligroso de Puebla. Has viajado casi 4 horas y media desde el centro de CDMX para conocer cómo es la comunidad que protege al capo de la gasolina, más buscado del país.

Dicen que pasar unas horas aquí, en el municipio de Ajalpan, el escondite de Roberto de los Santos de Jesús, alias ‘El Bukanas’, es como estudiar un diplomado sobre el huachicoleo.

Hay que llegar hasta los límites con Veracruz, del otro lado de la sierra de Zongolica, donde ‘Los Zetas’ usan las montañas como guaridas. Conforme te acerques a este pueblo verás que no hay vigilancia.

Mejor dicho: que no hay policía, porque vigilantes sí hay.

Los mecánicos en la entrada del pueblo, la señora que vende jugos, los niños que juegan detrás de la Iglesia del Señor de Coculco, todos son halcones que avisan a hombres armados que se mueven en camionetas Yukon cuando un extraño pisa este municipio donde no hay nada que ver.

Recordarás las palabras de quienes te hablaron de este lugar: si alguien te para, di que estás perdido.

Nunca digas que estás ahí para ver la mansión que ‘El Bukanas’ construyó en la comunidad de Moyotepec.

Esa carísima casa de mal gusto, tipo Partenón, de vidrios reflejantes que impiden ver hacia dentro y saber si uno es observado desde la calle.

Aquí, ‘El Bukanas’ es como un dios. Dicen que es dos veces santo: uno, por su nombre, De los Santos de Jesús, y dos, por dar trabajo a las familias de la región del Triángulo Rojo que sin el pujante negocio de la reventa de gasolina robada se morirían de hambre.

‘El Bukanas’ es el responsable que la mayoría de Ajalpan venda litros de gasolina a 10 pesos y que eso les ponga pan y sal en la mesa.

A nadie de aquí le importa su pasado como comandante corrupto de la policía municipal veracruzana. Tampoco que haya sido entrenador de sicarios de Los Zetas. ‘El Bukanas’ enseñó a cientos de jóvenes a tablear, a disolver con ácido, a convertir la montaña en una narcotumba.

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Para el gobierno federal y la SEMAR, ‘El Bukanas’ es uno de los enemigos públicos más buscados. Un desfalcador que pone en riesgo la viabilidad del Estado mexicano. Violento, adicto a torturar gente, su captura vale un millón de pesos en recompensa.

Pero cuando el hambre aprieta, la memoria se apaga.

En Ajalpan, el pueblo protege a su santo haciendo como que no existe. Como que nadie sabe de él… Hasta que llegue el día que la Marina entre a hacer un operativo y entonces los pobladores deberán salir a las calles, bloquearán las carreteras y gritar que las Fuerzas Armadas violan sus derechos humanos.

Si no lo hacen, podrían terminar disueltos en un bidón de gasolina.

Recorrerás Ajalpan y entenderás la base social de este delito. Verás abiertos comercios, comedores con clientes, mercados abastecidos, escuelas que antes recibían niños casi desnutridos y ahora llevan sus loncheras.

El pueblo antes paupérrimo florece con gasolina robada.

Si a alguien le preguntas, te dirá que la venta de gasolina es lo mejor que les pudo haber pasado y que van a proteger con su vida esta nueva prosperidad.

Solo podrás hablar del ‘Bukanas’ con un anciano que sabe que estás en el pueblo, para saber más del capo huachicolero. Casi susurrando, en la privacidad de su sala, te dirá que Ajalpan es tierra de nadie.

Mejor dicho: es tierra de ‘El Bukanas’.

Acá todo lo controla ese hombre de ojos rasgados, robusto, de trato inflamable: policías, regidores, maestros, se mueven a sus órdenes. El confidente te contará, para que entiendas mejor el poder del ‘El Bukanas’, que cuando en diciembre del año pasado robó miles de litros de gasolina, hizo un festejo de tres días en el antro privado de su mansión y puso a las mujeres del pueblo a cocinarle a sus invitados y a los hombres a servir como meseros.

Una vez que hayas pasado unas horas, podrás irte de aquí. Viajarás de regreso las casi 4 horas y media hasta el centro de la Ciudad de México pensando en que, en una zona así, será casi imposible atrapar al capo.

Demasiados cuerpos, demasiados ojos lo protegen.

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Entonces entenderás que no importa lo que diga el nombre, Roberto de los Santos de Jesús, alias ‘El Bukanas’, no es ningún santo.

En Ajalpan adoran a un demonio solo porque los salva de la pobreza.

Dato extra: en octubre de 2015, dos encuestadores fueron linchados en Ajalpan, Puebla. Los pobladores dijeron que los confundieron con secuestradores “porque preguntaban mucho”. En realidad, los halcones de ‘El Bukanas’ pensaron que eran agentes federales.

Así que ordenaron su linchamiento. Por eso, cuando la policía rescató a los encuestadores y los puso en la cárcel municipal, “mágicamente” alguien les abrió la puerta para que el pueblo los matara. Así la ausencia de autoridades en esa tierra”.

LA VILLA
Marisol Martinez

Marisol Martínez

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