Las vibraciones que provoca la visita de turistas y automóviles a la zona del socavón en la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio de Juan C. Bonilla, Puebla, aumenta más su tamaño, debido a que la tierra está sensible, alertó el geólogo e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Carlos Miguel Valdés.
“Antes era una zona en donde solo transitaba la gente de ahí a trabajar sus campos de cultivos”, destacó en su conferencia ‘El Socavón y el Popo ¿están relacionados?’.
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De acuerdo con la información que ha revisado de Google Maps e imágenes difundidas por medios de comunicación, antes, lo más pesado en esta zona era un estacionamiento de vehículos de una proveedora de la Volkswagen.
Pero ahora que familias completas están acudiendo al punto como día de campo, ponen en riesgo que el hoyo siga creciendo.
Socavón sí está relacionado con el Popocatépetl
En cuanto a la relación que hay con el Popocatépetl, Carlos Miguel Valdés explicó que debido a que se ubica apenas a 32 kilómetros del socavón, sí ha tenido que ver, debido al lanzamiento de cenizas que ha provocado la formación de suelo “arcilloso” que fácilmente se desmorona.
Explicó que a eso se suma que es una zona de cultivos e industrias, en donde ambas actividades han provocado la extracción masiva del agua, lo que ha derivado que el suelo se vaya debilitando por debajo de la superficie, provocando oquedad (hueco), que llevó al hundimiento el 29 de mayo pasado.
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Consideró que es necesario investigar la cantidad de agua que ocupan las empresas de la zona y cultivo para hallar otra solución que evite la formación de más hoyos.
Ejemplificó que tan solo para cultivar un kilo de arroz se requieren mil 670 litros de agua, un kilo de azúcar refinada mil 780 litros y un kilo de jitomate o de naranja 500 litros.
Los cultivos que más demandan agua son: lechugas, acelgas, coliflor, brócoli, alcachofas y aguacates.
“Esta es una zona naturalmente propensa por su tipo de suelo (…) Cuando hay una variación del nivel de agua freático por cantidades impresionantes de lluvia o porque estamos extrayendo agua para el proceso de riego de una forma no adecuada, vamos a estar literalmente subiendo y bajando este nivel de aguas freáticas y lo que vamos a ocasionar es lavar este suelo de sus elementos finos y quitarle la cohesión, debilitar el suelo hasta que se dé el colapso”, abundó.
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Advirtió que previo a la formación de un socavón se pueden observar agrietamientos en el suelo, leves hundimientos en el terreno, ruidos que provienen del subsuelo y presencia de daño a la vegetación (plantas secas).
Como se sabe, fue el pasado 29 de mayo cuando se formó este socavón que actualmente ya mide 126 metros de diámetro y 56 de profundidad.
Afortunadamente no ha habido pérdidas humanas y solo han sido daños materiales al tragarse una casa (la de la familia Sánchez-Xalamihua) y dejar sin cultivos a varios ejidatarios que se dedicaban a la siembra de maíz.
El jueves 17 de junio, autoridades colocaron lonas para advertir que se trata de una zona de alto riesgo, pero aún así, familias completas acudieron este domingo de día de campo a festejar el Día del Padre.
