“Ya te vas mamita, adiós mamá. Aquí voy a orar y voy a recibir todo lo que me mandes de bendiciones. Adiós, adiós mamita descansa en paz mamita.Te voy a tener en mi corazón para que te vayas feliz”, son las palabras con las que una pequeña de 4 años despidió a su madre, María Gabriela la tarde de este lunes.
Desde los brazos de su abuela María de la Luz, la pequeña le dio el último adiós a su madre con un puño de tierra sobre su ataud de color café, en una humilde vivienda de la junta auxiliar de Santo Tomás Chautla.
Tras una misa de cuerpo presente que fue oficiada por el sacerdote en la vivienda, los restos de María Gabriela fueron trasladados en una carroza de color blanco que avanzó con dificultades durante ocho calles.
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Su atareada madre, clamó justicia y pidió a la Fiscalía General del Estado (FGE) que esclarezca el crimen de su hija, a quien mataron con extrema violencia y después la arrojaron envuelta en plástico.
De a ratos atendía a los familiares, a los reporteros y salía a dirigir la preparación de alimentos, que ofrecería a quienes la acompañaron al entierro de su Gaby.
Cerca de las 14 horas tomó en sus brazos a su nieta que llevaba puesto un cubrebocas de color verde y le preguntó si se quería despedir de su mamá.
Acompañada de su yerno, Edgar, la mujer tomó fuerza y tras un gran suspiro, dirigió a su nieta para despedirse de su mamá, quien tenía 27 años de edad.
“Mamá vete feliz, yo estoy feliz con mis abuelitas y con todas mis tías. Estamos haciendo una fiesta porque ya estás en la gloria”, repetía la menor mientras su abuela trataba de no derrumbarse.
María Gabriela Alejo Arcos fue localizada sin vida la mañana del pasado 28 de octubre en el municipio de Cuautlancingo, dos días después de que su madre la reportara como desaparecida en la Colonia Alberto de la fuente.
Sus restos tenía huellas de extrema violencia. Hasta ahora no hay detenidos por este caso y se desconoce el móvil.
