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Acólita denuncia al cura que le acarició las piernas en Coronango y el pueblo se lanza en su contra

Menor de edad enfrentó un tortuoso camino para denunciar penalmente a Álvaro Aca, sacerdote de San Francisco Ocotlán, perteneciente al municipio de Coronango, Puebla, por intento de violación cuando ella participaba como monaguilla en el templo de su comunidad.

 

Solo que en la Agencia del Ministerio Público Especializada en Delitos Sexuales, el personal de la Fiscalía General del Estado de Puebla integró la carpeta de investigación solo por el delito de ataques el pudor.

 

La adolescente de 16 años de edad recorrió este fin de semana más de 36 horas los ministerios públicos hasta que finalmente fue atendida por una trabajadora social y una psicóloga, a fin de prepararla para rendir su declaración.

 

Por miedo al sacerdote la menor esperó un año para proceder legalmente. Fue en noviembre de 2018 cuando en la casa de un familiar que el sacerdote le acarició las piernas y quiso abusar de ella.

 

El 27 de noviembre se desató el escándalo cuando ella dio a conocer:

“Me dijo dame un abrazo, pero yo sentí que eran otras sus intenciones. Me pidió un segundo abrazo de una manera morbosa y lo rechacé, porque me sentí muy incómoda. Corrí a mi cuarto, pero él me siguió (…) se sentó en mi cama y me comenzó a tocar las piernas morbosamente y yo lo quité y me salí llorando”.

 

Además de que comentó que el clérigo prefiere que sean niñas los acólitos de la iglesia de Ocotlán, de donde sospecha que hay más casos, solo que en su comunidad es muy difícil que los habitantes acepten comentarios en contra de sus curas y por eso nadie más se atreve a denunciar.

 

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La monaguilla denunció que a los 15 años de edad fue víctima del sacerdote, quien durante meses le llamaba por teléfono para amenazarla para que no diera a conocer este caso.

 

Este 29 de noviembre cuando finalmente decidió acudir a las oficinas de Fiscalía, le pusieron varios obstáculos. En las oficinas de Delitos Sexuales en la ciudad de Puebla no la atendieron porque no iba acompañada de su madre, al día siguiente fue al MP de Cholula y le dijeron que ahí no podían recibirla.

 

El sábado por la tarde regresó a Delitos Sexuales donde permaneció horas hasta que finalmente fue atendida en la madrugada del domingo 1 de diciembre, donde la hicieron regresar por la mañana.

 

Tras hacer público este caso, un grupo de católicos y fiscales de la iglesia de Ocotlán se han volcado en contra de la menor de edad de quien se omite su nombre, así como en contra de las personas que la están apoyando a proceder legalmente.

 

Para los vecinos es un sacrilegio denunciar al padre, quien ya fue suspendido de la comunidad por la Arquidiócesis de Puebla. Vecinos del pueblo han mandado mensajes con amenazas a la adolescente y a las personas que la respaldan.

 

Desde la semana pasada, un grupo de pobladores inició una cadena de oración para pedir a Dios que proteja al sacerdote, a quien además ofrecieron apoyo de abogados para enfrentar este proceso legal.

 

Por Alfredo Ramírez

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