Luis Antonio Flores Camacho hizo todos los trámites necesarios para estudiar Ingeniería Mecatrónica en la Universidad de las Américas, en Puebla (UDLAP). Presentó su examen, fue aceptado y como muchos estudiantes hizo también la gestión para vivir en sus residencias universitarias o “Colegios Universitarios”.
Flores Camacho es un joven que, además de cumplir todos sus requisitos, también es deportista consumado. Desde niño ha practicado deportes y en el 2017 comenzó con el CrossFit de alto rendimiento. En el Wodapalooza que se realizó en Miami, Estados Unidos, en 2019 y 2020 quedó en segundo lugar en su categoría.
También ha participado en campamentos internacionales de Children International Summer Villages (CISV México), un grupo internacional que promueve valores como tolerancia, inclusión, respeto y convivencia sin importar diferencias de ningún tipo. Con CISV México viajó de manera independiente a países como Indonesia y la República Checa.
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Pese a todo esto, la UDLAP a través de un correo que le hicieron llegar de parte de sus “Colegios Universitarios” le informó que no lo recibirían en las residencias. “Después de haber analizado tu caso las áreas correspondientes, finalmente la Dirección de Colegios nos informa que no es viable tu admisión”. Este correo se lo hizo llegar Angélica López Olague, auxiliar de coordinación de reservaciones.
El joven insistió. El 7 de abril le contestaron que su admisión no era viable por “no contar con infraestructura que garantice mi movilidad y porque esto representa un riesgo para mí”, cuenta en una carta.
¡Ah!, a todo esto, Luis Antonio es un joven con discapacidad motriz, que puede caminar con bastón distancias cortas y también usa una silla de ruedas. Lo que pedía en su petición de residencia es que le asignaran un dormitorio en planta baja, sólo eso.
Él conoce las residencias universitarias: sabe que son accesibles. Que tienen rampas e inclusive tienen habitaciones con acceso y adecuaciones para estudiantes que usan silla de ruedas.
Cabe mencionar que nunca ocultó su condición y que incluso, como dice en una carta que nos hizo llegar a Yo También, se mostró dispuesto a brindar información adicional e incluso dar una conferencia para aclarar dudas.
Lo que le sorprende a Antonio es que ha participado en eventos de inclusión dentro de la UDLAP, como la Expo UDLAP 2019 y la virtual en 2020.
Su carta dice:
“Desde mis primeros contactos con el personal de la UDLAP manifesté que uso silla de ruedas para movilizarme y siempre recibí muestras de inclusión al respecto, empezando por el encuentro que tuve con el decano de ingenierías, el Dr. René Lara e inclusive con el rector de la Universidad, Dr. Luis Ernesto Derbez”.
Tras la respuesta en negativo para que viva en los Colegios Universitarios, Antonio escribió una carta personal el 13 de abril dirigida al propio rector Derbez.
“Puedo estar de pie, subir escaleras, resolver cualquier complicación de vida, caminar distancias cortas y con ayuda de mi silla de ruedas tener una vida plena e independiente, haciéndome cargo de mí mismo y mi seguridad”, argumentó.
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Su familia también escribió una carta al rector, haciéndole saber que son parte de la comunidad desde hace cuatro años porque su hija, Ana Lorena, ya estudia en esa universidad las licenciaturas de Psicología y Piscología Organizacional, donde es alumna de excelencia.
Isabel Camacho y Héctor Flores, sus padres, dicen en su carta al rector:
“Estuvimos en contacto con el director de la carrera y diversos profesores de las carreras por las cuales nuestros hijos tenían inclinaciones. Comento esto porque en cada uno de estos encuentros manifestamos nuestro interés por saber si la UDLAP era una escuela incluyente debido a que uno de nuestros hijos tenía una discapacidad motriz que lo obligaba a usar silla de ruedas.
“La experiencia de vivir de cerca la discapacidad nos ha permitido entender las adversidades de un mundo no incluyente y creemos que desafortunadamente nuestro país está muy rezagado en el terreno de la inclusión comparado con la forma en que se acepta y se incluye a personas con discapacidad en otros países del mundo. Para nosotros, la inclusión de la discapacidad empieza desde la aceptación para que la persona con discapacidad logre adaptarse lo mejor posible a las condiciones de convivencia de las personas que tienen plenitud de capacidades físicas. Sin embargo, la batalla comienza con la aceptación. En otras palabras, con la no discriminación”.
Le piden una cita para explicarle y pedir que se pueda revisar el caso de su hijo. No necesita una consideración especial, ¡sólo una habitación en planta baja!
Le hacen ver que esto, además, va en contra de la “Misión y Visión” que la propia UDLAP tiene en su página de internet bajo el título de “Tolerancia y no discriminación”.
Esta parte de la visión y misión dice:
“El conocimiento genuino se crea y comparte solo en un ambiente de respeto al otro, a sus opiniones y a la diversidad. Por lo que la comunidad universitaria buscará la pluralidad en un ambiente de respeto, rechazando terminantemente cualquier tipo de discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social o económica, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana”.
Ojalá que esta nota sirva para que la UDLAP reconsidere y pronto Antonio pueda ser un estudiante más que viva y estudie ahí, como es su derecho.
Crédito y fotos: Yo También
Por @MTPNoticias