La renovación del poder público institucional, social u organizacional, siempre conlleva una gran participación de actores que, con más o menos méritos, buscan acceder a las responsabilidades sujetas a elección.
Muchos de estos actores son propuestas de partidos políticos, individuos o grupos; otras más, con gran valentía, son auto-propuestas.
Así ocurre en cargos como jefe de grupo escolar; líder estudiantil; jefe de manzana, unidad habitacional, colonia, ejido, facultad, universidad, sindicatos, organismos empresariales; en los tres niveles del poder ejecutivo y en las dos cámaras del legislativo.
El proceso electoral 2024 considera la renovación de más de 21 mil cargos que incluyen la presidencia de la república, gubernaturas, presidencias municipales, regidurías, senadurías, diputaciones federales y diputaciones locales.
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No hay una fórmula única para acceder al poder, aunque éste al igual que el liderazgo, se gana o se otorga, y no necesariamente son lo mismo. Ser jefe no siempre es igual a ser líder, según Francisco Roca.
Al poder se accede por invitación y preferentemente después de un largo proceso de formación en el que la Preparación, Presencia, Paciencia, Perseverancia y Prudencia, son fundamentales.
En el proceso de elección es indispensable contar con un plan de trabajo integrado por un diagnóstico y propuestas de la población a representar, parte esencial de la política pública, así como atender las necesidades prioritarias, bien delimitadas, con la participación de la sociedad.
Me he encontrado con muchos jóvenes que me han comentado que no les gusta la política. Y mi respuesta ha sido que, les guste o no, busquen en todo momento estar cerca de donde se toman las decisiones como la única posibilidad de influir para cambiar la realidad.
La política es unión, es la estrategia más importante hacer posible aquello que deseamos.
Por considerarlo de interés para los jóvenes que participan en la política, me permito compartir algunos conceptos del cuento Los Siete Poderes, escrito por Alex Rovira Celma. Editorial Empresa Activa, Argentina.
Albor un rey profundamente amado, había perdido a su hijo Jano durante la primera noche de su vida junto con la espada del reino, lo cuales habían sido robados por Nul, el jefe malévolo del reino vecino, que esperaba la muerte de Albor para apoderarse de su reino.
Pocos años después Jano fue recuperado por la gran águila Elk y dado en adopción al herrero del reino en un gran secreto para no correr nuevamente el riesgo de su rapto. Ahí aprendió la forja y desarrollo muchas de sus habilidades.
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Al rey Albor le llegó el tiempo de nombrar a un sucesor y para ello llamó al joven caballero para expresarle: “te conozco desde que eras niño, admiro tu fuerza de espíritu y coraje. Sabes que tras mi muerte el trono quedará vació. Por ese motivo te pido que aceptes ocupar mi lugar cuando yo muera”.
-“Majestad, respondió, no puedo asumir el honor, mis orígenes son humildes, mis padres eran simples campesinos que murieron tras el rapto de vuestro hijo, el único heredero, junto con la mágica espada”.
-“Conozco mejor que nadie tus orígenes. Siempre te he tratado como si fueras Jano, el hijo que perdí. Eres el más querido y respetado por todos y no dudo que reconocerán tu autoridad como nuevo rey. No dejes que tu pasado, sea el que sea, oscurezca tu visión de un futuro brillante. Te ofrezco el cetro porque veo en ti a un soñador práctico, a alguien que me ha demostrado que jamás pierde la esperanza, al único que puede mantener unido al reino. ¡Acepta el reto que te propone la vida!
“Sin retos no podemos crecer. El miedo al fracaso mata la vida. Yo sé que puedes ser un gran rey y tú también lo sabes, no te engañes. Ejerce el poder que albergas en tu alma, no el que nace de la vanidad, ni del miedo.
“Te estoy hablando de otro poder, del que se manifiesta en la capacidad de encarnar los sueños a través de la pasión y del trabajo perseverante y paciente, ese que permite transformar la realidad y crear nuevas circunstancias para que la vida futura sea diferente, mejor, próspera y con sentido.
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“Si piensas que no puedes no podrás, si piensas que no te atreves, no lo harás. Si crees que estás vencido, lo estás. Piensa que puedes y podrás. La mayor derrota no consiste en no superar un reto, sino ni siquiera intentarlo. Por difíciles que sean las circunstancias que te rodean, adopta siempre una actitud positiva”.
Jano propuso al rey Albor, intentar ir a buscar al hijo y espada, robados. Se enfrentó a grandes retos, hizo un esfuerzo, venció peligros, miedos y tentaciones al final de los cuales demostró que estaba preparado para asumir el poder.
No importa cuales sean tus talentos. Solo la acción les da vida, y si no los ejercitas es como si no los tuvieras.
Así que, “¡bienvenido señor rey, ya encontré a mi hijo perdido. Mi hijo eres tú!”.