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El río Atoyac y la cultura del agua en México

La mayor preocupación de la ha sido cómo abastecerse de agua, pero nadie se preocupa del agua después de ensuciarla.
Columna de Alberto Jiménez Merino
Alberto Jiménez Merino Créditos: Diseño MTPNoticias

Así como tratamos al río Atoyac, en Puebla y Tlaxcala, así se tratan a la mayoría de los ríos, mares, lagos y lagunas en las principales cuencas de México.

La mayor preocupación de la sociedad, gobiernos y empresas, ha sido cómo abastecerse de agua, pero nadie se preocupa del agua después de ensuciarla.

La relativa abundancia de agua, que llegó a ser de 11 mil metros cúbicos por cada mexicano en 1950, no permitió desarrollar una cultura de aprovechamiento, manejo y conservación racional de este valioso recurso.

Hoy, con cerca de 4 mil metros cúbicos por habitante, NO existe una cultura del agua en México.

Por esta razón, me parece muy relevante que, Armando Prida Huerta, presidente del Grupo Periodístico Síntesis, convoque a la sociedad, universidades y gobierno, a atender el saneamiento del río Atoyac, una de nuestras mayores vergüenzas ambientales por los riesgos a la salud, a la economía y al futuro de las nuevas generaciones.

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Contaminación en el río Atoyac Créditos: Manuel Cuellar

En tiempos donde la mayor atención social y de la clase política está en la sucesión presidencial y del gobierno estatal, una iniciativa como la de Prida, destaca por llamar a la acción en algo trascendente para la vida y la economía en nuestro estado.

El agua es un problema real, por eso sorprende la falta de planeación, así como la ausencia de políticas públicas y una escala de prioridades nacionales muy distinta a los deseos y necesidades de la población.

Problemas como el agua no son, actualmente, parte de políticas públicas ni de agendas políticas en las cámaras legislativas ni de partidos políticos.

La cuenca del río Atoyac comprende 22 municipios y 531 localidades del estado de Puebla, así como 47 municipios y 811 localidades, en el de Tlaxcala; abarca 2 mil 10 y 2 mil y un kilómetros cuadrados, respectivamente.

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La cuenca capta escurrimientos de los volcanes Ixtaccíhuatl y Popocatépetl, así como de los cerros de Tlahuapan, Ixtacuixtla, Apizaco y Tlaxcala, a través del Río Zahuapan. También recibe escurrimientos de la Malinche por medio de los ríos San Francisco y Alseseca, llegando hasta la Presa Valsequillo. Esta gran obra con más de 300 millones de metros cuadrados, es la base de la agricultura en 17 municipios de la región de Tecamachalco y 15 municipios de la zona Atlixco-Izúcar.

De acuerdo con el Informe de Acciones y Resultados 2012-2018, entregado a la Dirección General de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), del cual existe una copia en la dirección local Puebla, en la problemática del río Atoyac destaca la existencia de 121 descargas de aguas residuales, de las cuales 83 son industriales y 38 municipales.

También se indica que los municipios aceptan en su infraestructura de saneamiento, descargas industriales sin ninguna regulación.

Cabe señalar que, a la cuenca del Atoyac se vierten un total de 3 mil 075 litros de aguas residuales por segundo con 306 toneladas de contaminantes por día.

Diagnósticos realizados por la Secretaría de Desarrollo Rural y Ordenamiento Territorial (Sdrsot), del Gobierno del Estado de Puebla, señalan que existen 8 mil 109 empresas contaminando río Atoyac, de las cuales, 315 aportan el 60 por ciento de los contaminantes.

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En las ultimas reuniones del Grupo de Saneamiento del Alto Atoyac, se acordó ampliar y modernizar la infraestructura de saneamiento a través de las 7 plantas de tratamiento de aguas residuales existentes entre Tlahuapan y San Martin Texmelucan, así como la construcción de colectores marginales desde San Martin Texmelucan hasta la unión con el Rio Zahuapan, construyendo ahí una planta de tratamiento para las aguas de Puebla y Tlaxcala.

No obstante que en México se cuenta con infraestructura para tratar el 63 por ciento de las aguas residuales, más de la mitad de las plantas tratadoras no funcionan debido al alto costo de la energía eléctrica y a la falta de recursos de los municipios para su operación.

La falta de agua, el reducido tratamiento de aguas residuales, las sequías recurrentes, la desaparición de acuíferos, la contaminación de ríos con aguas negras y residuos sólidos, y la ausencia de una cultura de manejo, cuidado y aprovechamiento racional del agua, son parte importante de una problemática creciente.

Para resolver los problemas del agua y en general para revertir el deterioro ambiental se requiere de voluntad para establecer políticas de corto y mediano plazo con urgencia; y, aunque la educación parece ser la vía más efectiva, integrar la problemática ambiental a los contenidos educativos no debería seguir postergándose más.

Guardianes del Agua ha sido una estrategia de la Conagua, dirigida a niñas y niños de primaria para invitarlos a formar parte de un escuadrón de cuidadores del agua. También la creación de la Presea Tláloc al Mérito Hídrico Puebla, para reconocer las innovaciones sobre cultura del agua, es otro esfuerzo.

Asimismo, la elaboración y puesta a disposición gratuita del Manual Básico sobre Cultura del Agua, en la página web www.jimenezmerino.com.mx, forman parte de nuestro interés e importancia de atender la problemática hídrica de Puebla y México.

De acuerdo con el Consejo Mundial del Agua, los 500 ríos más grandes del mundo enfrentan problemas de contaminación. Sin embargo, muchas ciudades han logrado transformar sus ríos en descomposición, en las postales más hermosas, integrándolos a su vida económica, social y urbana.

Así como el río Sena, en París; el Támesi, en Inglaterra; el río Rin, que atraviesa 6 países europeos; el río San Antonio, en Texas; o como el río El Pueblito, en Querétaro; con una poca de voluntad política y recursos, el Atoyac puede volver a ser río.

Por Alberto Jiménez Merino/ @jimenezmerinomx

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