A 51 años desde la publicación en el Diario Oficial de la Federación la creación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) e iniciando labores formales en 1971 “proponiéndose la formulación de programas específicos para enfrentar la problemática del aprovechamiento de los recursos naturales, instrumentar acciones para solucionar las deficiencias en salud, alimentación, producción agropecuaria, industrialización, educación, desarrollo rural y descentralización de la investigación mediante la creación de centros de investigación foráneos”, su quehacer sigue siendo fuertemente cuestionado.
María Elena Álvarez-Buylla, actual director general; investigadora de las ciencias de la vida, bióloga y maestra en ciencias por la Facultad de Ciencias de la UNAM y ganadora del premio Nacional de Ciencias y Artes en 2017; también reconocida por su activismo social en contra de los cultivos de maíz transgénico, y que en 2018 fue nombrada Director General no hado como coloquialmente se dice ‘el ancho’. El quehacer frente a dicha dependencia tiene resultados poco alentadores.
El pasado 3 de septiembre se boletinó que “se fabricaron 41 mil 600 litros de gel sanitizante […] entregaron a la SEP 10 mil monitores de temperatura” bajo el tema del regreso a clases.
Pese a dicha iniciativa, que considero no está emparentada con el quehacer desde la investigación o cuando menos con el objetivo mismo que desde su fundación se persigue, ¿por qué no se enfocaron a la elaboración de pruebas para detección del virus? Que cuando menos estaría más acorde a su decreto de creación.
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Pero las cosas no han parado aquí, Conacyt el pasado 12 de agosto fue exhibido por la Sociedad de Estudiantes Mexicanos en el Reino Unido quienes, en una carta dirigida al Presidente López Obrador, al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y a la Cámara de Diputados hacen notar que:
“La incertidumbre en la que se encuentran los estudiantes becados en el extranjero. 42 nuestros compañeros, quienes nunca pensaron en la desaparición de los fideicomisos cuando firmaron sus contratos con la Secretaria de Energía, han sido abandonados.
NO tendrán dinero para finalizar sus tesis porque desaparecieron los fondos, y ellos nunca previeron que una pandemia cerraría sus laboratorios y talleres. Ellas y ellos fueron enviados por su gobierno a estudiar soluciones para la crisis climática.
Y hoy su mismo gobierno no les da ninguna solución” y continúa el documento “el programa de Becas del Conacyt ha sido modificado en perjuicio de las personas jóvenes que desean aprender ciencia para México y la humanidad.
Se han cancelado las maestrías, los cambios de grado, y se ha eliminado cualquier financiamiento para posgrados en el extranjero […] No queremos abandonar nuestro compromiso con México para terminar nuestros estudios, pero tememos que México nos va a abandonar a nuestra suerte […] Hay un estigma injusto para nosotros. NO somos privilegiados.
Necesitamos de apoyo público para seguir nuestra vocación por la ciencia […] Si el gobierno de México nos deja abandonados, incluso incurriremos en deudas impagables que ni nosotros ni nuestras familias podemos afrontar […]
Estamos pidiendo que nos otorguen las extensiones a todos por razones de fuerza mayor por la pandemia de Covid-19 , y que se proteja al programa de Becas de Posgrado ante los cambios injustificados que ha hecho Conacyt, sin consulta alguna […]Eso es dinero público que el Presidente y la Cámara de Diputados aprobaron para la ciencia y sus jóvenes”.
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Firman la carta 66 becarios de Conacyt; 44 egresados con Becas Conacyt del Reino Unido; 14 egresados de Conacyt y otras becas en el extranjero, 8 egresados de Becas Chevening y 264 mexicanos y mexicanos solidarios con sus demandas.
Y partiendo de este orden de ideas y enfocándonos al quehacer de los becarios y de los investigadores del SNI (Sistema Nacional de Investigadores):
¿Por qué no han tomado cartas en el asunto para resolver el tema de los inconformes que se manifestaron en medio del Foro ‘Los derechos y garantías de las y los trabajadores del sector de HCTI (Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación’? mismo que organizan sindicatos y el propio Conacyt donde los trabajadores se inconformaron y aclararon que “es falso que busquen incrementos a su salario de 20 mil pesos y pago de nuevos estímulos”.
Y que en sus redes sociales el pasado 3 de septiembre aclararon vía twitter desde su cuenta @SCatedras (Siincatedras) que:
“no hay obstáculos jurídicos o presupuestales para negociar un Contrato Colectivo de Trabajo. Invitamos a @Conacyt_MX a sostener un diálogo que proteja el programa de #Cátedras y los Derechos Laborales de l@s Investigador@s”.
Finalmente, considero que Andrés Manuel López Obrador vía Álvarez-Buylla debe tomar cartas en el asunto y verificar no sólo el tema de los becarios e investigadores SNI, sino encontrar algún mecanismo mediador que apoye a los 42 investigadores mexicanos que se encuentran en el Reino Unido y evaluar que si la eliminación de 187 fideicomisos que según cifras del gobierno de la 4T ascendían a más de 1000 millones en la administración pasada y que afirma en su texto ‘A mitad del camino’ que “dicha inversión terminó siendo utilizada para realizar la construcción faraónica sin función económica o social alguna, solo para el beneficio de funcionarios , seudocientíficos y contratistas que edificaron estos elefantes blancos que han quedado como símbolo de corrupción de la época llevada y traída ‘innovación tecnológica” (sic) entonces ¿Estos jóvenes 42 investigadores mexicanos que suerte correrán? ¿Se quedarán abandonados y endeudados sin poder concluir sus investigaciones? ¿Se abrirán mesas de diálogo? ¿Acabarán sus tesis? O tristemente se volverán víctimas de esta 4T.
Al tiempo.
Por: Mayra Sánchez G./ @mayrusmayrus7
