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Julieta Cerezo

En Hollywood es recurrente que cierto tipo de historias o temas se agoten, que una fórmula exitosa sea tan repetitiva que, simplemente, deje de funcionar.

Actualmente vivimos el apogeo del cine de superhéroes, pero no hace mucho existió un periodo muerto para este género, ya que en los tardíos noventa, la tercera y cuarta entrega de Batman o en principios del 2000 con Daredevil, eran muestra del mal momento para las tramas inspiradas en cómics.

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Lo mismo pasó con los musicales, cuyo gran primer periodo de éxito fue entre 1930 y 1960, teniendo pequeños destellos en las siguientes décadas hasta que revivió, y con mucha fuerza, iniciado el nuevo milenio.

Sin embargo, las historias que nunca descansan ni cansan siempre serán las de amor, contado desde el punto de vista del descorazonado, por la pareja que triunfa sobre las adversidades, el villano que se oponía, como sea, el amor siempre está presente en el cine.

Y las historias de amor, especialmente las bien contadas, cautivan y cautivarán a las audiencias por siempre. Ese es el caso de Nace una estrella (A star is born), no la primera ni la tercera, pues es la cuarta película con la misma trama intercalada con música y oficialmente el tercer remake de la cinta homónima de 1937.

La película llega a las salas poblanas este viernes, aunque lunes y martes tanto Cinépolis como Cinemex presentaron funciones especiales como en “preestreno”.

Tuve la oportunidad de verla a inicios de esta semana y en definitiva, tal y como lo augura la crítica especializada, será una de las películas recurrentes en la temporada de premios pero, lo más importante, será una cinta referente en la historias de amor.

Bradley Cooper y Lady Gaga, química instantánea

En 2013, Bradley Cooper protagonizaba la película Silver Linings Playbook (Los juegos del destino) en el que interpretaba a un hombre bipolar que estuvo internado en un hospital psiquiátrico tras golpear al amante de su esposa, su coprotagonista era Jennifer Lawrence, quien hacía de una joven viuda que desarrolló promiscuidad tras la pérdida de su marido.

Por más trágica que suene la historia, la cinta retrataba el amor emanado de dos corazones rotos y que encuentran la manera de reconstruirse con nada más que su locura y baile. Déjeme decirle que en mi “cineteca” personal, la pareja conformada entre Pat (Cooper) y Tiffany (Lawrence) era insuperable y una de mis favoritas.

Pero ahora con A star is born, con Bradley interpretando a Jackson Maine, una estrella de country en descenso y Lady Gaga como Ally, una joven con un talento musical nato y que se convierte en la novia del personaje de Cooper, puedo decir que tengo una nueva pareja favorita del cine.

Le adelantaré algo – spoiler alert – no espere un final feliz en esta película pero no dude en qué verá una historia de amor genuino en el que ambos deben batallar con los demonios que cualquier pareja podría enfrentar y el ensamble, hermoso y auténtico, entre Bradley Cooper y Lady Gaga es increíble.

Por separado y en su estilo, tanto Cooper como Gaga han demostrado su talento, a Gaga le antecede ya un Globo de Oro por su actuación en la serie American Horror Story: Hotel y a Cooper, tres nominaciones al Oscar e innumerables personajes, trayectorias que son un plus para ver esta película, pero la química que tienen en pantalla es, en realidad, lo que vale la cinta.

Algo que debe saber es que Bradley Cooper dirigió la película, un proyecto que originalmente iba a ser llevado al cine por Clint Eastwood y que se planeaba desde 2011, pero “los juegos del destino” le dieron a Cooper el protagónico de la cinta y la oportunidad de ser director por primera vez.

La contraparte femenina había sido pensada para Beyoncé, quien nunca tuvo espacio en su agenda para firmar por ese protagónico, y fue el mismo Cooper quien pidió el acercamiento con Lady Gaga, quien desde 2016 se sumó al proyecto.

Una banda sonora de ensueño

La elección que hizo Cooper de Gaga como su coprotagonista no fue fortuita, el ahora ovacionado director sabía del talento musical de Lady Gaga, quien compuso casi todas las canciones de A star is born.

Es muy probable que ya haya visto el avance de la película y en éste suena de fondo el tema Shallow, una de las 19 canciones de la banda sonora. La misma es interpretada por Cooper y Gaga, ella también fue parte de los autores del poderoso y hermoso tema, que es una mezcla entre rock y country.

La película dura 136 minutos y aunque en la primera mitad será constante que suene una canción tras otra, en la parte crucial de la cinta la música parece obedecer a la tragedia que los acompaña, regresando solo al final de su historia pero aún con esta pausa no deja de ser un musical.

Las canciones que son presentadas en la película como parte de conciertos, sí fueron cantadas en vivo y por petición de la misma Gaga, quien llevó su compromiso de la punta de la cabeza a la fuerza de su voz, pues lo mismo dejó su look rubio para volverse castaña y un tanto rojiza en una parte de la película, como para demostrar emoción en su actuación al cantar frente a público mientras la cinta era rodada.

Al final de la película, Lady Gaga interpreta en solitario el tema I’ll never love again, y ese momento deja la sensación que en su tiempo tuvo el personaje de Whitney Houston en El Guardaespaldas, con la canción I’ll always love you, curiosamente las dos composiciones hablan del amor y entrega eterna a una sola persona.

https://youtu.be/yfzKSGTVhUE

LA VILLA
Julieta Cerezo

Julieta Cerezo

Reportera con experiencia en medios de comunicación desde el año 2009. Ha sido editora y coordinadora de información.