Las dos víctimas que se han atrevido a denunciar a funcionarios de la entonces alcaldesa de la ciudad de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, hoy candidata de Morena a la reelección, han padecido el mismo calvario tras enfrentar a sus agresores: persecución, humillación y revictimización.
Rivera Vivanco navega con la bandera feminista en público pero al interior del Ayuntamiento solapó las agresiones que sufrieron Magda Karina y Yasmín Nalleli Flores Hernández, esta última incluso fue perseguida por un automóvil de la Secretaría de Gobernación a cargo de René Sánchez Galindo, tras haber denunciado.
El hostigamiento, maltrato y vejaciones salieron a luz pública a finales del año pasado, no obstante el historial de violaciones a los derechos humanos de las mujeres en el Ayuntamiento se registró desde principios casi desde el inicio de la nueva administración claudista.
El caso de Yasmín Nalleli Flores también involucra a Andrés García Viveros.
La funcionaria denunció a Claudia Rivera Vivanco y al secretario de Gobernación, René Sánchez Galindo, por violencia política de género y discriminación.
Yasmín Flores acusó que la edil le redujo el salario para ser inferior al de otros dos coordinadores de área que se encuentran en el mismo nivel del organigrama en la coordinación de proyectos estratégicos de Presidencia, a cargo de García Viveros.
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También denunció presiones para renunciar a su primer puesto como coordinadora ejecutiva de la Consejería Jurídica de la Presidencia, ya que en su lugar “se necesitaba a alguien con carácter de hombre” para negociar con ediles auxiliares.
En su denuncia señaló que el 17 de julio del año anterior fue perseguida por un automóvil que después pudo confirmar que está asignado a la Secretaría de Gobernación, a cargo de René Sánchez Galindo, hoy candidato a diputado federal.
Yasmín Flores también denunció ante la Comisión de Derechos Humanos, instancia que emitió medidas de protección a su favor.
También presentó una demanda por despido injustificado ya que tras permanecer en incapacidad, fue despedida sin causa alguna, impidiéndole con violencia el acceso a sus oficinas, no obstante que obtuvo un amparo laboral.
Esta es otra historia de acoso que carga Rivera Vivanco, en medio de un discurso de defender primero, antes que todo, el derecho de las mujeres.
Por Los Reporteros