Demacrados, acongojados y con unos kilos menos, así es como lucen políticos poblanos encarcelados durante el último año.
Es el caso de un exlegislador de Morena, quien formó parte de la LXIV Legislatura en la Cámara de Diputados.
Le doy pistas, a ver si de inmediato identifica quién es. Tiene 64 años de edad y está preso en el Reclusorio Oriente en la Ciudad de México.
Los que lo han visto, que es frecuente, dicen que siempre está llorando en su celda. Lo mismo hace cuando está con su abogado en el área de visita.
Este señor fue postulado en 2021 por Morena para buscar la reelección como diputado federal, pero tras un escándalo sexual, su partido lo hizo que renunciara a sus aspiraciones políticas.
Puedes leer: Paúl y Jesús, las otras dos víctimas que denunciaron a Saúl Huerta por violación y abuso sexual
Este político tenía sus oficinas en San Francisco Totimehuacán, Puebla, que cerró después de su escándalo en abril del año pasado.
El legislador usó su fuero casi hasta el final de su cargo para no ir a prisión, hasta que finalmente se entregó en agosto de 2021.
En abril, hace un año, fue escándalo nacional cuando apareció en un video forzando a un menor de edad a tener relaciones sexuales con él.
La víctima acusó al entonces diputado de la 4T de drogarlo, para después ingresarlo a un hotel en la zona rosa de la capital del país.
Después de este hecho, varios jóvenes acusaron y denunciaron por el delito de violación al morenista, al hacer supuestamente lo mismo con ellos, cuando eran menores de edad.
La Fiscalía de la Ciudad de México protegió durante cuatro meses a este legislador, al no encarcelarlo, por formar parte del grupo de la 4T en el país.
Contra este señor, los familiares de una de las víctimas exigen la pena máxima, que es de 20 años de prisión.
Esta persona señalada de abuso sexual y violación, ahora es quien se la pasa llorando en el Reclusorio Oriente.
Este señor de apellido Huerta espera a que el gobierno de la 4T en México le dé una ayudadita para salir pronto de la cárcel.
Las familias de las víctimas confían que Saúl no quede en libertad, no al menos en lo que resta al gobierno de AMLO.