La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Puebla, donde encabezó su conferencia de prensa mañanera y el desfile del 5 de Mayo, dejó varias lecturas políticas.
Una tiene que ver con la presencia de tres de las ‘corcholatas’ del presidente: Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; el canciller Marcelo Ebrard; y el secretario de Gobernación Adán Augusto López.
La presencia de los aspirantes presidenciales es una muestra de apoyo y un soporte al gobernador Sergio Salomón Céspedes.
Esto es reflejo de la habilidad política del gobernador para construir acuerdos, quien a casi cinco meses de rendir protesta en el cargo consiguió la tan ansiada estabilidad política en Puebla.
Solo el gobernador Céspedes logró reunir a tres presidenciales en la entidad, porque es claro que hay libertad de competencia para los tres en Puebla.
Con la visita del presidente López Obrador y de toda la plana mayor se logró el restablecimiento total de las relaciones entre el gobierno estatal y el federal.
El respaldo de Sheinbaum, Adán y Ebrard a Sergio Salomón: ¿qué pasó en 2006?
Esto después de más de una década de disputas políticas entre gobernador y presidente en turno. ¿Apoco no recuerdan el 5 de mayo de 2006?
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El entonces presidente Felipe Calderón vino a Puebla solo para decirle algo al aquel gobernador Mario Marín.
Después, una camioneta del Estado Mayor Presidencial entró al bulevar 5 de Mayo (frente a plaza Dorada), paralizando el desfile, mientras Calderón de un brinco abandonó el templete y se fue, frente a miles de asistentes que no se explicaban ¿qué onda con el panista y el priista?
Y para los que esperaban los tan ansiados mensajes políticos, fue notoria la ausencia de los aspirantes a la gubernatura de Puebla: María Luisa Albores, Ignacio Mier y Alejandro Armenta.
Las ‘corcholatas’ de AMLO decidieron no ingresar a ninguno de los aspirantes a la gubernatura de Puebla.