No son todos, sí la mayoría. No nos confundamos, son los concesionarios (llámese los dueños de las unidades del transporte público) y no los choferes quienes se están tirando al piso.
El plazo para modernizar los camiones y camionetas tipo Van venció este 12 de febrero, y cómo era de esperarse, las unidades están más viejas y en peores condiciones.
Lo que es peor, al menos al 75 por ciento de las unidades no les instalaron cámaras de seguridad, ni GPS, ni botones de pánico, que ese es el principal propósito del gobierno estatal para garantizar mayor seguridad a los pasajeros.
Los concesionarios salieron con que no hay dinero para la modernización, que dizque padecieron nueve años sin aumento a las tarifas del pasaje.
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Hay concesionarios honestos, solo que son muchos más los deshonestos, a quienes se les olvidó que durante los gobiernos panistas aprovecharon el boom de los huachicoleros para llenar los tanques de los camiones con ‘huachichol’ y no con combustible de las gasolineras.
Ya se les olvidó las kilómetricas filas en juntas auxiliares al norte de la ciudad de Puebla para abastecer los tanques.
Ahí no dijeron nada, se ahorraban miles y miles de pesos en combustibles.
También guardaron silencio con las negociaciones en lo oscurito para operar taxis pirata en varios puntos no solo de la zona metropolitana sino en diferentes regiones del estado.
¿Si no quiénes son los que usan autos tipo sedán como microbuses para transportar gente en el Periférico?
Todo eso bajo el amparo de ex funcionarios corruptos.
Estas prácticas desleales les permitió estar cómodamente en casa o en la oficina en espera de que los choferes les paguen la ‘cuenta del día’.
No solo no han modernizado las unidades, ni están interesados en que haya mayor seguridad en los camiones, tampoco quieren capacitar a los choferes.
Los explotan hasta 16 horas diarias, sin tiempo para mejorar el servicio. En el argot de los transportistas, los traen ‘correteados’ para cumplir con la cuenta del día.
Los concesionarios son transportistas y tienen varias unidades, se quejan que durante años no hubo aumento en las tarifas, pero en octubre les autorizaron incrementar sus tarifas de 6 a 8 y 8.50 pesos en el caso de las rutas urbanas (con excepción de estudiantes)
¿Acaso a los usuarios les fue excelente en esos años? Tenemos una economía en México que no favorece en nada los bolsillos de las familias.
A los concesionarios les falta ser más honestos y contribuir para prestar un mejor servicio. Ya lo veremos con los operativos que inicie la secretaría de Movilidad y Transporte a partir de este 13 de febrero para asegurar unidades que no hayan cumplido con la modernización.
Por cierto, al titular de esta dependencia Guillermo Aréchiga le quedó muy grande la responsabilidad, porque no logró meter en cintura a los concesionarios.