Buen inicio de semana tengan todos nuestros apreciables lectores…
La tasa de delitos sexuales sigue creciendo, afectando principalmente a mujeres jóvenes y niñez, sin que exista una respuesta institucional adecuada para su prevención, atención y erradicación. Conductas delictivas con fuerte rechazo social pero difícil comprensión científica, al menos desde un enfoque interdisciplinario eficaz.
Ciencias como la biología, la criminología, el derecho y la sociología aportan elementos explicativos desde sus propias áreas, por lo cual el reto es lograr un abordaje integral que refleje la esencia biopsicosocial del ser humano, tanto de las víctimas como de los victimarios, permitiendo un mejor tratamiento del problema.
La teoría de la violación sostenida por las ciencias sociales se basa en ideas empíricamente erróneas, incluso mitológicas, acerca del desarrollo, el comportamiento y la psicología del ser humano.
Contradice el conocimiento de la evolución. Es incapaz de generar un cuerpo de conocimientos coherente, consistente y progresivo. La bibliografía que ha producido es básicamente política más que científica.
Con los anteriores antecedentes, debemos referir que nuestro estado se ubica en el sexto lugar del país en violación simple y equiparada; de enero a octubre de 2020 se registraron 630 casos y ante esta problemática los Legisladores Poblanos, en específico la diputada local María del Carmen Saavedra, propuso aplicar la castración química en el estado para castigar a aquellos que hayan cometido violación o su equiparable.
Esta propuesta es considerando que de acuerdo con la ONU, en México 19.2 millones de mujeres han sido agredidas o sometidas sexualmente; la Unicef, registró en 2018 más de 700 mil ataques sexuales y más de 40 mil violaciones; en tanto, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública ubica a Puebla en sexto lugar en violación simple y equiparada, pues de enero a octubre de 2020 se registraron 630 casos.
Durante la sesión del pasado martes, la legisladora propuso reformas al primer párrafo del artículo 267, el 268 y el último párrafo del 272 del Código Penal de Puebla. Esto implicaría que la sanción iría además de la pena corporal vitalicia se impusiera la castración química; lo anterior con la finalidad de “Frenar las agresiones de esta índole contra mujeres”.
La legisladora refirió que la violencia sexual abarca actos que van desde el acoso verbal, hasta la penetración forzada, lo que implica una variedad de tipos de coacción, desde presión social, intimidación, hasta la fuerza física, de modo que esta agresión incluye violación en el matrimonio o citas amorosas, violación por conocidos o desconocidos, insinuaciones sexuales no deseadas o acoso sexual en la escuela o trabajo, esclavitud sexual, acoso, abuso sexual de menores, entre otros.
Es incuestionable que los legisladores más que buscar verdaderas soluciones cimentadas en estudios científicos, aplicando adecuadamente una política criminal, buscan solamente acciones populistas, denotando una carencia de conocimiento de la materia y adoleciendo de adecuados asesores que los ilustren adecuadamente para hacer dichas propuestas legislativas; ya que al hablar de penas vitalicias denota ignorancia en cuanto a los tratados internacionales que México ha suscrito que prohíben dicha circunstancia, aunado a que la misma Constitución Política de nuestro país lo prohíbe, lo mismo acontece con la castración química, pues es flagrantemente violatoria de los derechos humanos.
Cierto lo es que los delitos de índole sexual son los que más laceran a la sociedad y a las víctimas que, incontrovertible en su mayoría, son mujeres y menores de edad las afectadas, empero se deben buscar soluciones efectivas, certeras y científicamente estudiadas, apegadas a la ley.
Y como recomendación a los legisladores y legisladoras, HAGAN BIEN SU TRABAJO Y ESTUDIEN y si no ¡¡¡que nos contraten como asesores….!!!
¡Lo anterior se tenía que decir y se dijo!
Nos leemos la próxima semana
