Se derrumbó el mito de que a mayor porcentaje de votación gana la oposición.
Este domingo no fue así.
La gente se volcó a las casillas instaladas en la elección más grande de la historia a expresar a través del voto por la continuidad.
De ahí los márgenes electorales en cifras entre los dos contendientes Alejandro Armenta Mier y Eduardo Rivera Pérez.
El primero de ellos, el candidato de MORENA como todo un estadista, dijo, que su oferta para Claudia Sheinbaum en Puebla, era de 2 millones de votos y lo hizo, es más lo rebasó 22 mil votos sufragios más.
El candidato de PAN-PRI- PRD- PSI, Eduardo Rivera Pérez, en el primer día post electoral, reconoció que no le alcanzaban los números y reconocía su derrota ante el morenista.
En coloquiales palabras la elección del domingo se convirtió en un zapatero, paliza o el famoso carro completo, que no se veía desde hace 15 años en la entidad poblana.
La sociedad tradujo en las urnas votar por un solo instituto político como cuando la hegemonía era de uno solo.
Así de simple.
El poder concede un solo día cada seis o tres años, el poder al pueblo para que decida el futuro del país, del estado o municipio, el vuelco, el camino, la senda que se debe seguir en los subsecuentes .
Decidió en las urnas de manera democrática optar por la continuidad.
Ni mas, ni menos.