¿Recuerdan que el 14 de septiembre de este 2023 todo estaba listo para que en Morena se anunciara una megacoalición que incluía a Nueva Alianza, Fuerza por México y PSI en Puebla?
En la publicidad con la que se anunciaría el bloque, fue incluido el logo de Pacto Social de Integración, no por una ocurrencia de la dirigente estatal de Morena, Olga Romero, sino porque así lo había pactado un día antes Carlos Navarro, con niveles más arriba.
En esa reunión en la que también participó su hija, la senadora Nadia Navarro, se acordó sumarse a este grupo de izquierda para impulsar a Claudia Sheinbaum a la presidencia de la República.
Sin embargo, a la mera hora, el diputado local no llegó a esa conferencia de prensa con los otros dirigentes, se placeó en el Congreso en donde fue entrevistado sobre el tema y se hizo el sorprendido.
La realidad es que Navarro ha servido de esquirol al mejor postor, desde que el fallecido exgobernador Rafael Moreno Valle le dio poder y lo ayudó a fundar su partido, que no ha servido para nadamás que en ser un patrimonio familiar.
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En cada año electoral, PSI se suma según a conveniencia, los ideales y el “pensar” en lo que le conviene a los poblanos, no importa en nada aquí.
Recordemos que incluso ha impulsado a perfiles que han terminado en la cárcel por presuntos delitos que tienen que ver con el robo de hidrocarburos en Puebla, principalmente en la zona conocida como el triángulo rojo.
En esta elección del 2024 que se avecina, no es la excepción para continuar con el negocio familiar.
Carlos Navarro pidió y pidió en Morena, pero al final, no le dieron todo lo que demandaba por eso quiso esperar a ver si exprimía más en el frente.
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Le ha ido a vender caro su amor a Eduardo Rivera Pérez para “sumarle” votos el próximo año, y ese grupo del PAN ya cedió una diputación federal plurinominal para su hija Nadia Navarro.
Para otro de sus hijos, en el PRI le fue a quitar una diputación local a algún priista, para que sea su retoño quien ocupe esa posición.
Además, el dueño del PSI está negociando que le dejen la candidatura a la presidencia de Tecamachalco para un político morenista con apellido Jaramillo.
¿De verdad el PSI pesa tanto o puede hacer la diferencia en una elección para dejarse chantajear?
Cuentan quienes son testigos de esas negociaciones que cada que Carlos Navarro logra algo, siempre quiere más y más.
Son muchas las voces en el frente las que piden dejarlo fuera, a ver si de verdad yendo solo logra mantener su registro, pero todo parece indicar que a Eduardo Rivera y a Alejandro Armenta les importa más la percepción que lo que realmente vale el PSI.
Que no les sorprenda ver nuevamente en las boletas del 2024 a los hijos de Carlos Navarro, pues la tirada es seguir viviendo del presupuesto a como dé lugar, y a través del partido que sea.
