El anuncio que hizo el gobernador Miguel Barbosa sobre la entrega de direcciones de los nidos de espionaje que operaba Eukid Castañón –actualmente preso en el penal de Tepexi de Rodríguez por enriquecimiento ilícito, lavado de dinero y extorsión– así como los nombres de quienes participaban en la red, puso muy nerviosos a quienes aún tienen bajo su resguardo algunos de esos equipos.
Si de por sí ya no dormían tranquilos desde el 24 de diciembre del 2018 cuando fallecieron los exgobernadores Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso, ahora que la Fiscalía General del Estado va enserio contra todos aquellos que se dedicaron a espiar a opositores políticos del morenovallismo, líderes sociales, periodistas, entre otros, muchos ya buscan huir de Puebla.
Pero antes, algunos que le siguen siendo fieles –o por miedo– a Eukid, están buscando nueva guarida dónde poder esconder algunos de esos aparatos de espionaje que quedan en uno de estos nidos ubicado en la colonia La Paz. Eso, porque recibieron el pitazo de que no pasa de esta semana cuando se inicie con los operativos.
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En este centro de operaciones, no solo hay equipos sofisticados traídos de Israel en los primeros años de gobierno de Moreno Valle sino hay otros aparatos conocidos como arañas que sirven para cortar señal de telefonía celular para después intervenir la línea telefónica.
Cuentan los que están cerca de ese círculo que también hay documentos como registros de operaciones electorales que se elaboraron en la era del morenovallismo, cruces de listados, tanto de los espiados como los que se utilizaban en época electoral.
Ahora sí, el plan es destruir o encontrar un lugar seguro para todo este material incriminatorio, pues desde que la autoridad local capturó a Eukid en marzo de 2020, su gente ya no supo qué hacer con esos aparatos. Obviamente ninguno de ellos se lo quiere llevar a su casa porque saben que en automático ya tienen un pie en la cárcel.
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Aunque sobra decir que, ahora que el gobernador Barbosa ya adelantó que hay investigaciones avanzadas en ubicar quiénes operaban los equipos – a excepción de la cabecilla principal, Joaquín Arenal Romero porque ya está muerto– no será difícil llevarlos a hacerle una visita a su expatrón Eukid, pues muchos de esos nombres se han hecho públicos en los últimos años.
Incluso, uno de ellos, José Antonio Celorio Mansi, ya se había atrevido en esconder algunos aparatos de espionaje y teléfonos celulares clonados en casa de su madre. Hay que recordar que también ha sido ubicado como el responsable directo de la infección de equipos de cómputo y teléfonos celulares de objetivos específicos a través del Sistema de Control Remoto Galileo, adquirido a la empresa Hacking Team.
La pregunta aquí es si dentro de esta denuncia también se mencionará el nombre del primer secretario de Gobernación de Moreno Valle, su excuñado Fernando Manzanilla Prieto, pues él supo muy bien cuando se creó el Centro de Análisis y Prospectiva (CAP) con equipos de espionaje y que después se convirtió en un órgano clandestino en el que se hacían labores de inteligencia, investigación, infiltración, cooptación, vigilancia, seguimiento y fotografía clandestina.
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Por cierto, el primero que destapó la cloaca de la red de espionaje en Puebla, desde el 12 de septiembre de 2011 –en el primer año de gobierno de Moreno Valle– fue el cofundador de MTPNoticias, Iván Tirzo, en ese entonces reportero y columnista de El Sol de Puebla.
En esa ocasión, Tirzo tituló su columna Golpe Bajo ‘Espían a poblanos con radar fabricado en Israel’, misma que le provocó múltiples problemas –pero sobre eso ya hablaremos en otra ocasión– que, a los pocos días u horas, fue eliminada de la web del periódico.
Sin embargo, el rastro de esa columna quedó en el impreso así como en otros medios digitales en donde en esa ocasión, y después, fue retomada la reveladora información.
“Es un artefacto de alta tecnología, del tamaño de una mesa de centro de su sala, que interviene todas las llamadas telefónicas, de celular y de Nextel que se hacen no solo en la ciudad de Puebla y zona metropolitana”, explicaba Tirzo en la publicación.
También señalaba que “reforzar el tema de seguridad sería el objetivo principal de la adquisición de ese aparato. Pero ya de paso, quienes lo manejan, lo ocupan para escuchar si hablan del gobernador, de funcionarios o de políticos”….y así fue.