Lilia Cedillo no tiene ninguna necesidad de haber sembrado porristas en su Tercer Informe que se realizó el pasado 4 de octubre en el Complejo Cultural Universitario (CCU) donde se escuchó una petición unánime “¡reelección, reelección!”.
A un año de las votaciones en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) para renovar la rectoría, no tiene ninguna competencia.
Desde hace tres años que fue electa como la primera mujer en dirigir los destinos de la máxima casa de estudios, se ha ganado el cariño de los universitarios, administrativos y docentes.
El por qué es simple: su sencillez y combate a la corrupción que imperaba en esa universidad cuando ella llegó.
De sobra se ha documentado en MTP Noticias cuánto —aproximadamente porque fue mucho más— saquearon y cómo lo hicieron en los tiempos de Alfonso Esparza, quien por cierto, se sabe que está de vuelta en Puebla tras la muerte de Miguel Barbosa.
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En todos sus informes, sin decirlo con todas sus letras, Lilia Cedillo ha destacado que NO es igual que sus antecesores, que su honradez ha permitido ahorros que se han reflejado en obras como en la construcción de Ciudad Universitaria dos.
Gracias a las licitaciones transparentes, ha dicho, se han ahorrado millones de pesos para destinarlos en beneficio de los universitarios.
Tan solo para CU2, se ahorraron 345 millones de pesos que en otros tiempos, ni hubieran aparecido ese dinero.
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El grado de austeridad que maneja la rectora es que acabó hasta con las fiestas para celebrar en este tipo de informes que se acostumbraba en años anteriores.
Hasta sus antecesores como Enrique Agüera Ibáñez y Enrique Doger se lo reconocen, y vaya que ellos formaron parte de esa época en la que se usaba a la BUAP para hacerse ricos o para brincar a un cargo de elección popular.
Con el ritmo que trae Lilia Cedillo como rectora de la BUAP y con las modificaciones que se han hecho a los estatutos de la Benemérita en quitar el límite de edad para competir por la rectoría, no tiene ningún impedimento para ganar las votaciones del 2025 y repetir por cuatro años más como la máxima autoridad en la Benemérita.
Además, se lo merece…
¿Y Adán Domínguez la tendrá fácil en el PAN?
Hablando de querer ser, en su mensaje el pasado tres de octubre, en su primer y último informe como presidente de Puebla capital, Adán Domínguez, también fue claro en indicar que pronto se sabrá de él, una vez que deje el cargo el 15 de este mes.
En MTP Noticias reconoció en una entrevista previa que después de tomarse unas vacaciones, buscará la dirigencia estatal del PAN en Puebla, pero que tampoco está obsesionado.
Tiene claro que para lograr contrapesos en estos tiempos en los que Morena tiene mayoría absoluta, es necesario que llegue un perfil crítico a Acción Nacional.
Sin embargo, hay que decirlo, no la tiene fácil, pues forma parte del grupo político que domina actualmente el partido, el cual no ha dado buenos resultados.
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Adán no podría deslindarse de ese grupo que lidera su amigo, el excandidato a la gubernatura, Eduardo Rivera Pérez, como ya lo empieza a hacer Mario Riestra, excandidato a la presidencia de la ciudad de Puebla, porque aún no tiene suficiente capital político para ello.
No obstante, aún con los otros grupos al interior del PAN en contra, sí tiene posibilidades de convertirse en el próximo dirigente, si logra incluirlos, negociar, convencer el por qué debe ser él.
