Este martes la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México confirmó la muerte de Jesús Hernández Alcocer, quien fue señalado por ser el presunto asesino de la cantante Yrma Lydya. Esto el pasado 24 de junio en el restaurante Suntory.
No obstante, poco antes de morir, dio una entrevista a medios de comunicación, en la que reveló absolutamente todo lo relacionado al matrimonio que llevaba con la joven de apenas 21 años de edad.
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¿Qué dijo exactamente en la entrevista?
La entrevista fue brindada al periodista Mario A. Salgado Becil el pasado 12 de septiembre, es decir, poco menos de un mes de este lamentable suceso. Ahí, Jesús Hernández Alcocer señaló que en su último periodo de matrimonio desconoció totalmente a Yrma Lydya.
Sus palabras fueron:
“No sé con quién me casé, no sé si estuve casado, no sé si era su nombre y quién era. No sé quién es ella y si hablo de la muerta, es para tratar de averiguar quién era. Yo me casé con una muchacha que, acompañada de su madre y de su abuela, quienes me decían que era virgen, que nunca había tenido a nadie en su vida amorosa”.
Al mismo tiempo, comentó que nunca supo su verdadera edad, así como el hecho de que no conoció a su padrastro y que siempre contaba diferentes versiones de su vida.
“Nunca me casé con la mujer que falleció, es una desconocida para mí. No sé su edad, nunca conocí a su padrastro, todas las direcciones que me daban eran falsas, fue registrada nueve años después de que nació, existen dos actas de nacimiento diferentes, no tiene antecedentes escolares”.
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Yrma Lydya golpeaba a su esposo Jesús Hernández Alcocer
Finalmente, Jesús Hernández Alcocer aprovechó el espacio para aclarar que él fue quien le pidió el divorcio a la cantante, pues ya no estaba a gusto con ella; además, de que la acusó de cometer violencia familiar contra su persona.
“Ella me pegaba a mí; no tengo fuerza en las manos, tampoco en los brazos, ni en las piernas desde que me operaron de la columna… Fui yo quien le pidió el divorcio; ya no estaba a gusto con sus escapadas y sus arbitrariedades y todo lo que me robaba y se llevaba de la casa… Ella me llamaba a todas horas diciéndome que iba a cambiar, que corregiría todo. Tenía acceso a mi computadora, acceso a algunas de mis cuentas, confiaba en ella”.
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