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Muere Luna, perrita rescatista de Cruz Roja

La Cruz Roja de Puebla fue el hogar para Luna, una hembra de raza labrador, de color negro, que murió sirviendo a la entidad y a México.

 

Tenía 10 años de edad y 4 de ser reacatista, hace 2 años se jubiló con una ceremonia de honor, ella murió con un peso de 35 kilos.

 

Realizó labores específicamente de búsqueda de personas, gracias a su entrenador y dueño, el paramédico Ángel Daniel Hernández López, quien la especializó en búsqueda y rescate en estructuras colapsadas y Búsqueda en grandes áreas.

 

En entrevista telefónica para MTPNoticias, Hernández López relató que era simpática y juguetona, con la nobleza e inocencia de un cachorro, pero estaba preparada para cualquier emergencia, gracias a su entrenamiento, por lo cual formaron un binomio de ayuda a la comunidad.

 

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Recordó que en el sismo del 19 de septiembre de 2017 ayudó en el Barrio de San Francisco y Centro Histórico pero que por la noche fueron enviados a la Cuidad de México con otros binomios en el operativo de Tlapan y Taxqueña, en una unidad habitacional de un edificio colapsado, para descartar víctimas en la parte superior y en otros escenarios.

 

La historia de Luna es peculiar porque comencé a entrenarla cuando ya tenía 6 años, en 2016, venció los retos de romper dogmas de que ya no se pueden entrenar a perritos viejos y ella logró en un año pertenecer al equipo de Búsqueda y Rescate de la Cruz Roja de Puebla y tener un nivel operativo activó”, señaló.

 

 

Detalló que antes de morir ayudó en el entrenamiento de Rex (un perrito que pronto estará listo para brindar sus servicios) para adentrarlo en el mundo del rescate y del servicio a la sociedad.

 

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Aseguró que Luna logró abrir la puerta a otros perros que han sido abandonados y en situación de calle, porque anteriormente solo eran aceptados los de razas exclusivas con pedigrí y con determinadas edades, pues todos tienen la capacidad de aprender y de obtener las habilidades correspondientes para salvar y ayudar a los equipos de personas.

 

“Con ella empezamos a entrenar a los caninos bajo el nuevo esquema de certificaciones internacionales, Luna fue un parteaguas para ese tipo de proyectos con la finalidad de ayudar y de salvar vidas”, dijo.

 

Finalizó diciendo que siempre fue su mascota desde que era un cahorro, la rescató y posteriormente la adoptó, pero era totalmente ajena a las labores de salvamento; sin embargo, decidió entrenarla para “servir a Puebla y al país” y resaltó que así murió, de una manera feliz y en paz”. Por lo cual se sintió orgulloso.

 

Por Griss MorenoS

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