Una pareja en Australia sufrió una gran desilusión después de que la casa de sus sueños quedara infestada por una plaga de termitas.
Shaun y Sarah Sarson compraron la propiedad, situada en la ciudad de Gold Coast, por 660.000 dólares australianos (unos 490.000 dólares estadounidenses) en septiembre del 2019, después de que un inspector de construcciones les asegurara que la vivienda no tenía problemas de insectos.
La mujer fue la primera quien vio las termitas. Ocurrió en un baño, a los tres meses de llegar a la casa, cuando trataba e cargar su teléfono y vio a varios insectos salir del enchufe. “Fue como en una película de horror. Grité muchísimo”, contó.
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“Tenemos dos hijos pequeños, de dos y tres años de edad y encontrar eso… No es seguro estar aquí, hay agujeros en las vigas principales”, agregó Sarah.
La familia acabó finalmente mudándose tras comprobar que vivir en la casa podía ser peligroso. Antes pidieron consulta a otro inspector de construcciones, Daniel Golin, quien dijo que nunca había visto “una casa entera con cada cuarto con defectos estructurales como esta”. Según él, la única manera de solucionar el problema era derruir la casa y construirla de nuevo.
Al ser preguntado por un medio local, el agente inmobiliario que les vendió la vivienda aseguró que, según la ley estatal, no está obligado a informar a los compradores sobre los problemas que puedan tener las propiedades.
Ahora la casa tendrá que ser derribada y la familia espera que el seguro les alcance para pagar un alquiler mientras vuelven a levantar la vivienda.