La transmisión del Covid-19, la primera pandemia del siglo XXI, posee aún muchas incógnitas. Por ejemplo, aunque se han descrito algunos casos de transmisión perinatal del SARS-CoV-2, no está claro cómo ocurre dicho contagio de la madre al feto.
En estudios anteriores ya se sugirió que puede producirse una transmisión perinatal (el período inmediatamente anterior y posterior al nacimiento) del SARS-CoV-2, pero no se había podido comprobar si tiene lugar a través de la placenta, por vía cervical o como resultado de una exposición ambiental.
Ahora, investigadores del Hospital Antoine Béclère, al sur de París, han demostrado la transmisión transplacentaria del virus –en análisis virológicos y patológicos– en un recién nacido de una mujer de 20 años infectada en el último trimestre.
Para los autores, aclarar la vía de transmisión es importante con el fin de prevenir la infección neonatal, optimizar la gestión del embarazo y, con el tiempo, comprender mejor la biología del nuevo coronavirus.
La madre fue admitida en el hospital con fiebre y tos severa. Los análisis de sangre y los cultivos nasofaríngeos y vaginales confirmaron la presencia de los genes E y S del SARS-CoV-2 (que codifican la envoltura viral y la proteína de punta, respectivamente).
Igualmente, los cultivos nasofaríngeos y rectales recogidos del bebé una hora después del parto por cesárea y, de nuevo, 3 y 18 días después, también dieron positivo para la presencia de los genes E y S.
La sangre del recién nacido y el lavado broncoalveolar también fueron positivos. Los investigadores observaron que el bebé presentaba síntomas neurológicos asociados con la infección por el virus, similares a los reportados en pacientes adultos.
Los análisis de neuroimagen indicaron una lesión de la materia blanca, que los autores especulan puede ser causada por una inflamación vascular inducida por la infección del SARS-CoV-2.
Los científicos observaron cargas virales más altas en la placenta que en el líquido amniótico y la sangre materna, lo que sugiere que el SARS-CoV-2 podría replicarse activamente en las células de la placenta y causar viremia neonatal.
Al confirmar la presencia del virus en el tejido de la placenta y en la sangre materna y neonatal, los autores afirman que la transmisión al feto se produjo muy probablemente a través de la placenta.
Tanto la madre como el niño se recuperaron de la infección y posteriormente fueron dados de alta del hospital tras no encontrarse otras infecciones virales o bacterianas y excluirse todos los demás trastornos neonatales potencialmente causantes de los síntomas clínicos. Se necesitarán más estudios para confirmar estos resultados.
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