Con tan solo 23 años de edad, el pasado lunes 18 de mayo fue hallada muerta la exfinalista de Miss Universo Nueva Zelanda, Amber-Lee Friis.
La joven originaria de Auckland aseguró en 2018 que nunca imaginó participar en un concurso de belleza.
Esto, porque a los 16 años tuvo problemas alimenticios que la llevaron a pesar 96 kilos y a imaginarse como “una anciana enojada y gorda”. Sin embargo, tras seis meses de gimnasio adelgazó y tonificó su figura.
Su vida además fue difícil pues a los 15 años se mudó con su entonces novio y se metió a estudiar mecánica al tiempo que trabajaba, aun así, expuso al medio Stuff, había noches en las que no había cena que poner en la mesa.
“Recuerdo estar sentada en mi habitación una noche y pensando en lo difícil que podría ser la vida. A una edad temprana sientes que el mundo pesa sobre tus hombros”, dijo.
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Por si fuera poco, cuando iba al colegio fue víctima de bullying por el tono de su piel y la forma de sus ojos.
Aunque al inicio del certamen de Miss Universo Nueva Zelanda no destacó, conforme avanzó el concurso se fue ganando el cariño del público y las demás participantes hasta convertirse en una de las 20 finalistas.
La agencia de modelos The Talent Tree informó de su muerte en redes sociales, asegurando que Amber era hermosa y que su talento la llevó a ser una de sus más increíbles modelos. “Descanse en paz, hermosa dama”, publicó la agencia en Instagram.
Posteriormente, el certamen de belleza Miss Mundo Nueva Zelanda confirmó la noticia en Facebook. “Sigue brillando intensamente, Amber-Lee, tal como te recordamos”, escribió.
Crédito: López Dóriga