Los cubrebocas se convirtieron en pieza clave para enfrentar la pandemia de COVID-19. Cada tipo cuenta con diferentes recomendaciones de uso y grado de protección, por ello, en MTP Noticias decidimos presentarte una guía rápida sobre las mascarillas de tela, las quirúrgicas y las KN95.
Antes de pasar con el tema, es importante aclarar que, de acuerdo con Víctor Olivo Iglesias Guzmán, profesor en el departamento de Salud Pública de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), los cubrebocas previenen la transmisión de virus, pero no pueden evitar a toda costa un contagio.
“La intención de utilizar cubrebocas es “prevenir la transmisión del virus, más allá de evitar un contagio… Su uso masivo fomenta que quienes puedan estar enfermos lleven la protección”.
Cubrebocas con variaciones de válvula
Los cubrebocas con variaciones de válvula son aquellos que cuentan con un filtro para mejorar la respiración y funciona para la persona que lo porta, pero no limitan las gotículas exhaladas, es decir, hay cierto paso de las exhalaciones que hace la persona.
Originalmente, estos cubrebocas se crearon para cuestiones laborales, ya que son utilizados por ingenieros y arquitectos que visitan una obra donde hay partículas sólidas de polvo, por lo que la válvula les ayudaba, pero quitaba toda su protección.
“La mejor función del cubrebocas es evitar que quien tenga partículas virales las comparta, pero la válvula hace que esa finalidad ya no se cumpla. Cualquier cubrebocas con válvula no es adecuado en este contexto”.
Los clásicos de tela que se encuentran por doquier
Al principio de la pandemia de COVID-19, hubo una crisis de equipos de protección para el personal de salud, según informó la Organización Mundial de la Salud (OMS), por lo que no faltó quien se aprovechara de la situación y sacara al mercardo cubrebocas de tela.
En ese contexto, estos cobraron popularidad en el mundo, pues permitieron que muchas personas pudieran cubrirse las vías respiratorias. Incluso el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) los recomendó para la población en general.
Según algunos expertos, un cubrebocas de tela es un entretejido que filtra algunas gotículas y brinda cierto grado de protección, pero no se diseñó para ello, por lo que no es un equipo ideal para en situaciones de contagio.
Cubrebocas quirúrgicos
Se trata de una variación que ya se orienta a limitar las gotículas al exhalar. Están hechos con insumos para la salud y un tejido especial que puede llegar hasta las tres capas, pese a que algunos se vean bastante débiles en dicho aspecto.
Este tipo ya tiene una certificación y pasa por un proceso de validación para que se le considere con un grado de eficiencia. Son los primeros cubrebocas con mayor utilidad en el sentido de la pandemia y a nivel general.
A diferencia de los de tela, los cubrebocas quirúrgicos no deben lavarse, pues ello modifica su estructura y podría afectar su eficiencia, lo ideal es que se les utilice de dos a tres días y se le deseche rompiéndolo, ya que no falta quien intente aprovecharse de este.
Alta filtración: N95, KN95 y los KS94
En esta categoría se encuentran los N95, KN95 y los KS94, los cuales se recomiendan principalmente para personal de salud, quien tiene contacto directo con una persona positiva a coronavirus o pacientes con condiciones de salud riesgosas, de acuerdo con el IMSS.
Dichas mascarillas se certifican por agencias de seguridad y salud internacionales. En su nombre es posible encontrar la cantidad de partículas que logra filtrar.
El cubrebocas KN95 cuenta con certificación autoridades de China; mientras que el KS94 está con aprobación por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) y por el gobierno de Corea.
Con respecto al uso de estos, el doctor Iglesias Guzmán de la UNAM dijo lo siguiente:
“Siempre sugiero tener un cubrebocas de tela en casa y algunos de alta eficiencia cuando amerite su uso, así mitigamos la huella de carbono. Si yo uso diario KN95, produzco mucha más basura que el uso de tela. Se puede rotar uno de tela con alguno de alta eficiencia”.