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Poco después de que el Titanic golpeara un iceberg en el Atlántico Norte, el capitán dio la orden de enviar una señal de emergencia. Los operadores inalámbricos que lo enviaron, Jack Phillips y Harold Bride, eran el único vínculo con el mundo exterior.
De hecho, el sistema inalámbrico había fallado unas pocas horas antes, y Bride y Phillips habían trabajado para solucionarlo. Si no lo hubieran hecho, las cosas podrían haber sido aún peores. Si el barco dependiera de medios de comunicación marítima más análogos, como bengalas, no habría habido sobrevivientes ni informes de lo que ocurrió.
El Carpathia, un barco cercano que rescató a 705 pasajeros del Titanic, nunca habría acudido en ayuda del barco lisiado. El mundo nunca hubiera sabido lo que sucedió, y el Titanic aún podría estar sin descubrir en el fondo del mar. Tras atracar, el Carpathia fue abordado por un periodista del New York Times y Guillermo Marconi, el inventor de la tecnología inalámbrica y propietario de Marconi Company, que empleó a Phillips y Bride. Bride, que sobrevivió, relató lo que se desarrolló en la sala de conexiones inalámbricas.
Al informarle al capitán que el último bote se había ido, Bride lo llamó diciéndoles:
“Hombres, han hecho todo lo que pueden”. No puedes hacer más. Abandona tu cabaña. Ahora es cada hombre para sí mismo. “Phillips continuó operando durante unos 15 minutos, mientras que Bride se ató un salvavidas. Cuando un pasajero intentó robar el cinturón de la vida, Bride lo dejó inconsciente. La novia finalmente huyó y logró nadar hacia un bote salvavidas y luego ser rescatada. Phillips no tuvo tanta suerte. Como Bride le dijo al periodista del Times, una vez a bordo del Carpathia “se negó positivamente a enviar despachos de prensa porque la mayor parte de los mensajes personales con conmovedoras palabras de dolor era grande”.
Como resultado, reinó la confusión en la tierra, con la mayoría de los primeros informes declarando todo pasajeros ahorrados y atribuyendo este milagro a la tecnología inalámbrica. En Londres, la gente se fue a la cama aliviada.
Los verdaderos héroes sin embargo fueron Jack Phillips y Harold Bride, quienes cambiaron el destino de los 705 que sobrevivieron.
Crédito: Heraldo de México