No hay duda de que todo poblano conoce el Barrio de Los Sapos en la capital de Puebla; sin embargo, muy poca gente sabe acerca de la historia del sitio, por lo que en MTP Noticias decidimos contar un poco acerca de lo que sabemos del tema.
Historia del Barrio de Los Sapos
En tiempos de la colonia española, las aguas del río San Francisco se desbordaban con frecuencia inundando el callejón de la 6 Sur, así que la combinación del líquido que se estancaba y las actividades del lugar trajeron una gran cantidad de sapos. Este hecho dio origen al nombre actual.
Para recordar la presencia de estos anfibios, en la plazuela se construyó una fuente con un sapo, la cual combina a la perfección con la arquitectura de sus viejas casonas virreinales, mismas que cuentan con fachadas y balcones coloridos.
Durante la década de los 50, varias familias llegaron a habitar las casonas coloniales que hay en la zona centro de Puebla y la venta de antigüedades en el Barrio de los Sapos inició a finales de la década de los 60, actividad que hasta la fecha continúa.
De acuerdo con La nocturnidad en la Ciudad de Puebla, Espacios y Actores de la nocturnidad lúdica en El Barrio de Los Sapos, tesis de Guillermo Aguilar Vázquez, se dice lo siguiente:
“En 1967, el comerciante de antigüedades Salvador Macías compra una casona abandonada y la rehabilita para establecer su negocio y residencia; al mismo tiempo, en relación con la compraventa de antigüedades, también se desarrolló en forma espontánea un tianguis de chácharas”.
A partir de la década de 1970, el Barrio de Los Sapos comenzó a tener un reconocimiento a nivel nacional en la compra-venta de antigüedades, lo que atrajo al turismo. Incluso, el entonces gobernador, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, remodeló la plazuela del lugar, lo cual impulsó aún más las visitas.
Bares y vida nocturna en Los Sapos
En los 80 hubo una caída en el negocio de los anticuarios, por lo que se inició la venta de muebles rústicos, la cual también se mantiene a la fecha; no obstante, pese a que es común, dicha actividad no atrae tanto a los pobladores de la entidad.
Para el año 1995 se profundizó la llegada de los bares y restaurantes a la plazuela de Los Sapos, lo que revitalizó la zona y le dio una nueva concepción como punto de encuentro, pues ahora la gente visitaba al lugar tanto de día como de noche.